Adolfo Ricardo Peñeñori fue el médico forense que le realizó la autopsia a Aaron Maximiliano Bustos, el bebé de 18 meses asesinado y por el cual se acusa a Alan Leonel Lapalma, de 26 años, entonces pareja de la bebé. Y en la segunda jornada del juicio dio detalles escalofriantes: confirmó que la víctima «sufrió un castigo prolongado en el tiempo«.
El médico forense explicó durante su testimonio que Aaron sufrió un golpe en el costado izquierdo del cráneo. «Le provocó el estallido de los vasos sanguíneos y una hemorragia que desplazó el cerebro hacia el costado opuesto. Eso provocó la muerte», declaró.
A su vez, el médico también detalló que la víctima tenía varias lesiones de ese mismo día en el abdomen. «Se las hicieron apretándolo con los dedos o con un elemento punzante. Al ser un niño tan chiquito eso le provoca serias lesiones internas y hematomas internos que se registraron durante la autopsia», añadió.
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Despidos por goteo: desde Empleados de Comercio advierten que los próximos dos meses serán «extremadamente críticos» - Ante los despidos que se registran en diversas industrias de la economía local y nacional,… Ver nota >Además del fuerte golpe en la cabeza y las lesiones en el abdomen que había sufrido el día de su muerte, el médico también constató otras lesiones en la cara y otras partes de cuerpo. Enumeró lastimaduras en el tobillo, en la nariz, cicatrices y heridas de vieja data. Con todos esos elementos el profesional concluyó: «La víctima sufrió un castigo prolongado en el tiempo».
Peñeñori utilizó una computadora para mostrarle al tribunal en fotos y videos las lesiones que podían observarse a partir de la autopsia.
Osvaldo Verdi, particular damnificado, le preguntó al médico forense si pudo hacerse algo para impedir el fallecimiento del bebé. La respuesta del médico fue contundente: explicó que el golpe que recibió no podía tener otro final que la muerte de Aaron.
