Cada vez falta menos para una nueva cita olímpica: será desde el 26 de julio al 11 de agosto en París, epicentro que reunirá a cientos de deportistas de todo el mundo. Si bien el objetivo al arribar a un JJ.OO es competir por superarse y obtener medallas, el hecho de obtener el boleto de clasificación a este espectáculo deportivo ya es todo un logro.
Perseverancia, constancia, insistencia, tenacidad y una mente sólida son algunos de los valores que todo deportista tiene que poner sobre la mesa para cumplir este sueño. Y un claro ejemplo de ello es Miguel Galeano, el joven atleta marplatense que sufrió la amputación de su mano derecha, que se desempeña en el taekwondo adaptado y que dirá presente en París 2024.
Lo hizo en el Clasificatorio Paralímpico disputado en Santo Domingo, República Dominicana, tras quedarse con la medalla dorada en la categoría hasta 58kg de la clase K44. Allí derrotó 8-4 al guatemalteco Gersson Mejía en el debut, luego superó 2-0 en tiempo extra al brasileño Fabrico Marques en la Semifinal tras igualar 14-14 en tiempo regular, y en la final le ganó por 14-11 al mexicano Iván Torres.
Balance del fin de semana: el municipio atendió complicaciones por el temporal y diversas infracciones - Entre el jueves y el lunes inclusive, el Cuerpo de Patrulla Municipal (CPM), Tránsito, Prefectura,… Ver nota >
Robos al volante: taxistas piden más controles y exigen al Municipio que garantice seguridad - A raíz de la oleada de robos a choferes en el barrio Jardín de Peralta… Ver nota >De retorno en su ciudad natal, Galeano visitó los estudios de Desde La Tribuna, el programa de streaming del canal de YouTube de Canal 8, y narró historias que componen su camino: “Cuando arranqué el año no me veía calsificado, casi llamo a mi entrenador y le digo que no iba a ir a la preparación física porque me iba a encargar de otras cosas. Gracias a amigos, psicólogos, familia y maestros, que pudieron confiar mucho más en mi de lo que podía llegar a hacer que yo de mi mismo. Entonces salimos en camino de la clasificación”.
“Esto yo no lo veo como un trabajo, es un placer poder estar ahí con la bandera y con mi gente, para darle una felicidad a mi pueblo. Estoy terminando el secundario, y además trabajo en Uber, le dedico tiempo a mi familia y entreno. Yo estoy en el momento de combatir, doy cuerpo, alma y mente, pero hay formas de vivir ese momento que ya lo entrenamos previo a la competencia con mi equipo. Luego, en la batalla, tiene que salir con naturalidad”, detalló el marplatense.
En esa línea, el joven taekwondista destacó la importancia de contar con un círculo íntimo comprensivo: “Recalco todo el trabajo profesional de psicólogos, kinesiologos, entrenadores que está detras, que a mi me ayudó y me encaminó a esta clasificación. Pudieron adaptar el deporte en mi vida de una forma no invasiva, yo lo arranqué como un medio de rehabilitación”.
”El entrenador me tenía confianza, ellos piensan en futuro y empiezan a construir. Recien ahora, con el pasaje hecho, puedo relajarme. Pasaron tres días o dos para que pueda decir ‘uh, ya estoy clasificado’”.
Asimismo, Miguel tenía una cuenta pendiente que logró cumplir: ”Con México me crucé todo el año y no pude ganarle. Ahora me tomé revancha, era algo exclusivo que tenía, y esta vez no podía perder, iba a ir a buscarlo para que el resultado sea diferente”.
”Con mi entrenador somos dos los que peleamos, está en los cruces, en los nervios y en las estrategias. Si él no estuviera en esa silla, todo seria imposible: el abrazo que nos dimos fue devolverle el trabajo con una alegría”, agregó.
Además, señaló: ”Yo soy deportista de toda la vida, hice fútbol, atletismo, boxeo, y obvio taekwondo. Quería competir pero mi amputación no me ayudó a seguir mi carrera”.
