Este lunes 25 de marzo se realizaría, finalmente, el remate del complejo habitacional donde viven 96 familias. Afortunadamente para los vecinos, el liquidador del Banco Central se acercó al lugar para conocer la situación de las familias que residen en El Monolito y se definió parar el remate. «Ahora estamos contentos, tranquilos, paso a paso vamos a sanear y después trabajar para la escritura: después de 41 años vamos a tener el sueño de la casa propia«, festejó una de las propietarias.
«Bajó el liquidador, vino a vernos el miércoles y como le dijimos que había voluntad de pago pararon el remate. Además, porque no se dieron algunos pasos que se necesitan para que la subasta se haga», explicó a Canal 8 Mónica, una de las vecinas damnificadas que se ocupa de organizar al resto de las familias frente a esta situación que desde hace años los mantiene en vilo.
El complejo ubicado en Alberti entre Paula Albarracín y Grecia, barrio Las Lilas, se fundó en 1980 y el conflicto data desde 1983. Se trata de una cooperativa y hubo ocasiones en las que sus integrantes ni siquiera fueron notificados de las numerosas subastas que hubo a lo largo de los años, desde que la constructora quebró y a todos los activos que tenía la financiera Añasco, que era la cooperativa de crédito, les tomó la deuda el Banco Central.
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Esto ocurrió hace unos 40 años. Con el pasar del tiempo, por decisión del Instituto de Acción Cooperativa (IPAC), fueron removidas las autoridades por irregularidades. Allí fue cuando los un grupo de vecinos adquirientes fueron designados como responsables de la cooperativa.
Los propietarios de las unidades del complejo aseguraron que tienen sus boletos de compraventa y que pagaron todas las cuotas, pero durante todos estos años hubo siete intentos de remate de sus viviendas.
«En la comunidad estamos organizados, unidos, queremos pagar y seguimos para adelante con el interventor, Francisco Flores Bazterrechea, la letrada Marina Vaccarezza y el Banco Central», festejó Mónica. «Ahora estamos contentos, tranquilos, paso a paso vamos a sanear y después trabajar para la escritura: después de 41 años vamos a tener el sueño de la casa propia«, finalizó con alegría.
