La Justicia de Mar del Plata le puso fecha al juicio que deberán enfrentar los hermanos Juan Manuel y Pablo Lotero, junto a los empresarios extranjeros Carl Ludwig y Aston Schonfeldt, por el vaciamiento de la histórica confitería Boston.
Fuentes judiciales consultadas por Mi8 anticiparon que el debate oral se desarrollará en el Juzgado Correccional N°2 de la ciudad, a cargo de Ana María Fernandez, desde los primeros días de septiembre.
Debido al número de testigos y la cantidad de prueba a analizar, se prevé que las audiencias se prolonguen durante dos semanas hasta conocer el dictado del veredicto final, por lo que el juicio se extenderá desde el 2 hasta el 17 de septiembre.
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Así, los Lotero, Ludwig y Schonfeldt llegan a este debate imputados por los delitos de «quiebra fraudulenta, defraudación agravada por vaciamiento de empresa e insolvencia fraudulenta». Si se da por probada la acusación fiscal, los empresarios podrían recibir una condena de entre dos y seis años de prisión.
Una larga lucha
El 18 de mayo de 2020, la entonces titular del Juzgado Civil y Comercial N° 16, Patricia Sara Gunsberg, dictó «la quiebra con continuidad laboral» de la tradicional confitería, después que en 2016 la firma Pastelera Tecomar S.A quedara en manos del grupo conformado por los hermanos Lotero y los empresarios austríacos.
Con los nuevos accionistas, la Boston, que durante décadas supo ser una de las confiterías más reconocidas de la ciudad, se empezaron a precipitar una serie de inconvenientes, que se evidenciaron con el desprendimiento de los locales ubicados en la avenida Constitución y la calle Buenos Aires.
La crisis quedó al desnudo en el invierno de 2018, con la falta de pago de salarios al personal. Después de meses de lucha y más de 70 despidos, en junio de 2018 los propios trabajadores resistieron y tomaron la sucursal más emblemática de la calle Buenos Aires.
Con la quiebra declarada, la Justicia dejó la administración de la Boston en manos de un síndico y el 1 de junio de 2019 se materializó la reapertura comercial de la confitería en la costa. Hasta hoy, la firma es administrada de la misma forma y se mantiene a flote gracias a la fuerza de sus empleados.
Más allá de las definiciones judiciales que se esperan para el próximo año, la principal expectativa está puesta en poder atraer a otro grupo inversor para que adquiera la confitería. Todavía no se ha conocido ninguna oferta al respecto, y buena parte de los condicionamientos están dados por la millonaria deuda que se debe afrontar a raíz del pasivo que dejaron como herencia los últimos accionistas.
