sábado 27 de abril de 2024
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Colegio privado de Mar del Plata indemnizó con $11 millones a una alumna que sufría bullying

El Instituto Galileo Galilei debió cumplir con la reparación económica en favor de una estudiante a raíz de una sentencia de la Justicia.

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Un reconocido colegio privado de Mar del Plata indemnizó con 11 millones de pesos a una exalumna que empezó a sufrir epilepsia por el constante bullying que le hacían sus compañeros de cuarto grado de la secundaria.

El Instituto Galileo Galilei debió cumplir con la reparación económica después que quedara firme la sentencia que dictó en su contra en julio de este año la Sala II de la Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial, integrada por la Ricardo Monterisi, Roberto Loustaunau y Alfredo Méndez.

En aquel entonces, los camaristas habían ratificado parcialmente el fallo que resolvió el 23 de noviembre de 2022 Mariana Lucía Tonto de Bessone, la titular del Juzgado Civil y Comercial N°10 donde se cursó la demanda en primera instancia.

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“Hubo sentencia en primera instancia, luego se apeló a Cámara Civil, hubo sentencia y finalmente no hubo apelación a la Suprema Corte, con lo cual el fallo que ordena la indemnización quedó firme”, confirmó ante la consulta de Mi8 Juan Pablo Ambos, abogado que representó a la familia de la menor.

El letrado destacó que el colegio ya abonó la indemnización correspondiente y dijo que «el monto final, con los intereses aplicados, dio alrededor de 11 millones de pesos”. “Más allá del tema de las indemnizaciones, lo que la alumna y su familia también agradece es que se haya podido hacer Justicia en este caso”, enfatizó.

“Hay que tener en cuenta que no hubo ningún pedido de disculpas formal por parte de la escuela, con lo cual ella siente que el fallo en sí es una especie de Justicia hacia su causa y una especie de pedido de disculpas por lo que ha sufrido”, reflexionó Ambos.

Para el abogado, el fallo “sienta un precedente para que las escuelas tomen las medidas indicadas como para poder prevenir este tipo de casos”. “Hay que escuchar a los alumnos que sufren este tipo de problemáticas y también prevenir y sancionar a aquellos que son los que lo causan, tomar las medidas concretas adecuadas para poder resolver este tipo de casos”, sostuvo.

El caso

El bullying que sufrió la exalumna del Galileo Galilei se manifestó a través de episodios de hostigamiento, abusos, abucheos, silbidos, gritos y críticas por parte de los compañeros” y también incluyeron “ultrajes físicos” contra la chica “como empujones y trabas para que se tropezara”. A la joven también le llegaron a escribir con “un marcador un sweater, le colocaron chicle en el pelo y le derramaron gaseosa en su cabeza”.

Un amigo de la chica también dio detalles a la Justicia de algunos de estos episodios. Contó que los compañeros le decían “tragalibros” o “la estudiosa” y dijo que los alumnos del curso “la miraban mal, le decían que sus ideas eran muy malas, la discriminaban, la dejaban afuera de los grupos WhatsApp, y que si iban a hablarle a algún directivo del colegio hacían ‘oídos sordos’”.

Lo cierto es que, a partir de estas situaciones, la estudiante empezó a convulsionar y sufrió epilepsia. Los profesionales que la trataron trazaron una relación directa entre episodios y el maltrato constante al que era sometida en el establecimiento. En la pericia psicológica, se concluyó que los eventos vividos fueron tan “perturbadores” para ella que desembocaron en un “trastorno de conversión con convulsiones”.

Especialistas coincidieron en señalar que “las situaciones emocionales y de estrés eran desencadenantes de las crisis epilépticas” y que “las situaciones emocionales y de estrés eran desencadenantes de las crisis epilépticas”. El neurólogo personal de la demandante tuvo que recomendarle que se alejara “de fuentes de estrés o evitarlas a toda costa, incluyendo a la escuela”.

Teniendo en cuenta la condición de mujer y menor de edad de la demandante, los camaristas evaluaron el caso con perspectiva de género y consideraron que la prueba producida en el expediente fue suficiente para acreditar la situación de vulnerabilidad y discriminación sufrida” que acusó la adolescente dentro del colegio marplatense.


Los jueces criticaron la falta de contención de la institución ubicada sobre la calle Irala al 9800. Aseguraron que los directivos responsables se desentendieron de los hechos y que “minimizaron la situación vivida” por la alumna, sin tomar medidas conducentes para evitar las situaciones de bullying.

Una de las soluciones propuestas, según se citó textualmente en el fallo, fue mandarla a hacer una terapia”. En ningún momento la escuela ofreció contención psicológica por parte de su gabinete, ni puso en práctica el Acuerdo de Convivencia tal como establece la normativa vigente, incluyendo la generación de espacios denominados “Asambleas de Aulas” o reflexiones intergrupales.

Así, basándose entonces en el artículo 1767 del Código Civil y Comercial, la Justicia local entendió que el colegio debía responder por el daño sufrido y causado, al atribuir una responsabilidad “objetiva y agravada” del establecimiento educativo ya que los alumnos menores se encontraban bajo control de la autoridad escolar.

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