A tres años de la muerte del crimen de Fernando Báez Sosa, en Villa Gesell, Graciela Sosa, su madre, ofreció un desgarrador testimonio sobre cómo atraviesa el juicio que espera que culmine con una condena para los ocho imputados por el ataque mortal.
«Estamos de pie para seguir pidiendo justicia por Fernando y luchamos día a día para que se haga justicia y una justicia ejemplar, porque todos tuvieron participación», contó la mujer en diálogo con radio Con Vos.
Sobre el desarrollo del juicio, Graciela contó que con su marido, Silvino, decidieron desde un primer momento no ver ningún video ni escuchar ningún audio pero que lo hicieron estas últimas tres semanas en el Tribunal de Dolores. «Es muy fuerte verlo tirado y no poder darle una mano», lamentó.
También se refirió al pedido de disculpas que esbozaron los familiares de los rugbiers y algunos de ellos, aunque dijo que no las admite porque «a mí nadie me va a poder devolver a mi hijo, yo no soy una persona rencorosa pero no necesito que me pidan disculpas cuando lo mataron sin piedad». «No me conmueve porque acá la única víctima es Fernando, que fue un chico sano de 18 años que fue a Gesell para pasar un momento alegre y estas personas terminaron acabando con su vida y con la nuestra», agregó.
En esa diferencia con las otras familias, distinguió, en diálogo con Reynaldo Sietecase, que «ellos los pueden ir a ver, tocarlos y hasta llevarles una torta el día de su cumpleaños».
«Nosotros perdimos todo y las disculpas no la necesito. Espero que no me molesten y yo pueda seguir mi vida», sostuvo e indicó que «hay días que me encuentro muy mal, es más, desde que mataron a Fernando no pude volver al médico; el dolor es cada vez más fuerte«.
Sosa confesó que «en estos días me duele muchísimo la cabeza pero necesito salir adelante como pueda, me duele el corazón y tengo una angustia impresionante».
«Extraño aquellos tiempos cuando me enfermaba y él me iba a comprar los medicamentos. Lo extraño horrores. No hay remedio que pueda curar tanto dolor«, concluyó.