Por Mariano Suárez.
Guillermo Montenegro recibió un espaldarazo que no sólo le permitió ser reelecto como intendente de General Pueyrredon, sino que lo consiguió en un escenario absolutamente adverso: resistió el derrumbe que sufrió Juntos por el Cambio y se impuso con el 41,19% de los votos.
Nuevamente, Fernanda Raverta (Encuentro Marplatense) fue la contendiente central en esta elección general con el 36% de los votos.
Los datos confusos a lo largo de la jornada electoral hacían difícil imaginar cuál sería el resultado electoral este domingo. Por la tarde, a poco de cerrar los comicios, un alto dirigente de Juntos por el Cambio, hacía visible su incertidumbre: «Desde Provincia los propios nos dan muy bien a Grindetti. Tanto que no lo creo«. Y hacía bien, porque Axel Kicillof logró un triunfo aplastante.
Sin embargo, a medida que en el centro de cómputos de Juntos comenzaban a llegar las primeras planillas empezaban a vislumbrar la tendencia que sería clave en el triunfo de Montenegro: el corte de boleta.
El jefe comunal sacó 8 puntos más que el candidato a gobernador de su espacio y 12 más que Patricia Bullrich, la candidata a presidenta. Este es un signo inequívoco de que la sociedad marplatense respalda la gestión del actual intendente: muchos eligieron candidatos superiores de otros partidos, pero en el tramo local quisieron darle un voto de confianza a Montenegro.
En Encuentro Marplatense hubo un clima agridulce. Sergio Massa y Axel Kicillof fueron los candidatos más votados en la ciudad. Raverta sostuvo esos porcentajes y hasta sacó algo más que el candidato a presidente. Pero no fue suficiente para alcanzar el triunfo.
La clave del triunfo de Guillermo Montenegro fue la performance de La Libertad Avanza en Mar del Plata. El candidato a intendente Rolando Demaio quedó tercero, por debajo de los 20 puntos, mientras que Milei llegó a los 27. Un análisis rápido permite suponer que una parte importante de ese corte fue al jefe comunal y le permitió construir su triunfo.
El fuerte respaldo recibido también se traduce en una mayoría legislativa a partir del 10 de diciembre: el oficialismo tendrá la posibilidad de aprobar todos los proyectos con votos propios y no necesitará respaldo opositor.
Sin embargo, fuera de las fronteras marplatense, Montenegro volverá a tener un mandato con gobiernos provinciales y nacionales de distinto color político. Por eso sus primeras palabras fueron claves: felicitó al gobernador Axel Kicillof que consiguió un contundente triunfo.
El mandatario local es consciente de las dificultades económicas que se avecinan, sea quien sea el próximo presidente, por lo que ya comenzó a tender los puentes de cara a lo que viene. A partir del lunes, con el triunfo garantizado, comienza una nueva etapa.