–Chicas, hay que congelarlo. Como hicimos con Francia en el Mundial
En la foto que Guada le comparte a sus amigas en el grupo de WhatsApp, hay un papel mal cortado con un nombre y apellido escrito en fibrón negro: Javier Gerardo Milei.
Las respuestas no fueron textos, fueron más fotos. Seis o siete imágenes de papeles mal cortados replicando la propuesta de Guada: congelar a Milei, el ganador de las Paso, como respuesta política en clave esotérica.
Fue durante el Mundial de Qatar que se masificó o reeditó la práctica del congelamiento, que en verdad es viejísima e invita a la autogestión de la magia. En pocas palabras, para entendidas y agnósticos, implica un acto de intención para frenar, detener o -precisamente- congelar algo o a alguien. En este caso, al líder de Libertad Avanza que mantiene conversaciones con su perro muerto a través de una Medium.
Para despejar dudas desde el vamos, hay que aclarar que el congelamiento no siempre es una acción que se adopta por la negativa o con mala intención. También se usa para ponerle freno a una enfermedad, a una relación tóxica, al avance de los discursos de odio o a que Argentina -merecidamente- gane el Mundial después de 37 años.
Lucía de Mar es tarotista. O mejor dicho, es bruja de oficio y trabaja de tarotista.
Desde los 13 años es estudiosa de la magia. Su mamá la descubrió leyendo un diccionario esotérico a escondidas y la invitó a arrimarse a la biblioteca de la casa. Lucía es tercera generación de brujas: primero sus bisabuelas, luego su abuela y desde hace 25 años, ella.
En diálogo con Mi8, Lucía de Mar explicó qué significa el congelamiento, para qué se usa y qué tan eficaz es la práctica.
“Por empezar, hay que saber que es un tipo de magia simpática, nada oscura, en la que la intención cumple un rol fundamental. Lo que haces es algo similar a lo que estás buscando: si querés congelar, ponés un frasco en el congelador o en el freezer con la foto o con el nombre completo de quien querés detener o frenar. Es fundamental poner todo en un frasco, porque el trabajo es energético y lo que se mueve, precisamente, es energía que no debe quedar dispersa”, explicó Lucía de Mar, que también aclaró que este tipo de trabajos no son para siempre: “Es temporal. Es para un momento, para un par de meses, pero no mucho más”.
A diferencia de otras técnicas, la del congelamiento se caracteriza por la autogestión. “No se precisa de alguien que lo haga por vos. Lo podés hacer vos. Y está bueno de hecho que lo haga cada uno porque en esta práctica, como en muchas otras, la intención lo es todo. No alcanza con poner el papel en el freezer. También hay que intencionar ese freno que deseamos”, detalló la tarotista, que recordó que es “muy importante” dejar ir el trabajo cuando la misión está cumplida.
“Cuando descongelamos, hay varias opciones para desechar la energía concentrada. Hay quienes arrojan el líquido a la bacha o el inodoro y rompen el papel. A quienes hacen lo mismo, pero dejan que el papel se seque y lo queman. Hay quienes sólo tiran todo a la basura. Cada quien elige, pero eso tiene que salir de la casa”, advirtió Lucía de Mar.
–¿Y qué nivel de eficacia real puede tener que un par de personas congelen a Milei?
– Puede tener, pero tienen que ser muchas. Lo que sucede con personas como Milei es que así como hay quienes lo quieren frenar, hay muchos que lo apoyan. Es mucha la energía que se mueve a su alrededor. Entonces es difícil llegar a él. En este caso, como en el de personas famosas, para que tenga impacto tiene que ser muy masivo: muchas personas trabajando en lo mismo, con mucha convicción.