Por Federico Desántolo
Marta se quedó en silencio durante unos segundos para entender lo que había pasado: el Tribunal Oral en lo Criminal Nº4 había absuelto a dos de los tres acusados de matar a su hijo a golpes para robarle la moto.
«Mataron a mi hijo y a toda la familia», dijo llorando cuando pudo hablar. Marta que llevaba una remera con la la imagen de su hijo aseguró que no esperaba esa fallo y que seguirá pidiendo justicia.
Balance del fin de semana: el municipio atendió complicaciones por el temporal y diversas infracciones - Entre el jueves y el lunes inclusive, el Cuerpo de Patrulla Municipal (CPM), Tránsito, Prefectura,… Ver nota >
Asesinan a balazos por la espalda a un hombre y hieren gravemente a una mujer - En horas de la noche de este viernes se registró un brutal suceso en el… Ver nota >En cuanto al fallo que condenó a Franco «Curly» Altamiranda (25) a 15 años de prisión, pero absolvió a Claudio «Pirulo» Altamiranda (22) y a Sergio Urbistondo (34), Marta aseguró que «todos los testigos llegaron amenazados al juicio».
En el mismo sentido, los jueces Alfredo Deleonardis , Gustavo Fissore y Juan Galarreta explicitaron en el fallo que había sido muy difícil para la la fiscalía y el particular damnificado obtener la prueba porque muchos testigos cambiaron su declaración. Durante la etapa de instrucción dijeron una cosa y en el juicio dijeron otra.
Dos días antes que lo mataran para robarle la moto, Gabriel y su novia se habían mudado a una casa en inmediaciones de Polonia y Ortiz de Zárate y había cambiado la moto. Sólo salía de su casa para trabajar. En plena cuarentena, llevaba un permiso para circular que lo autorizaba ir hasta el restaurante donde trabajaba.
La noche del 9 de mayo del 2020, Gabriel salió del restaurante luego de haber cumplido su turno en la cocina. Tomó el mismo camino que la noche anterior: Juan B Justo hasta Polonia y de allí hasta Ortiz de Zárate. Antes que pudiera entrar a la casa un grupo de personas se le fue encima, lo tiraron de la moto y comenzaron a golpearlo con palos hasta dejarlo inconsciente.
«Como puede ser que a mi hijo le exigían un permiso para salir a trabajar porque estábamos en cuarentena y había ocho muchachos sueltos en la calle para robar», se preguntó Marta delante de las cámaras.
«Lo dejo en manos de Dios porque soy creyente. Yo no voy hacer justicia, pero él si», dijo entre llantos, Marta.
Por su parte, Daniela Gutiérrez, la abogada de la familia Aramayo, aseguró que va hablar con los los padres de Gabriel y en el caso de que ellos lo deseen vamos a apelar el fallo.
