Hace tiempo que la crisis azota fuerte a los comedores de la ciudad de Mar del Plata, al punto tal de tener que cerrar por la imposibilidad de poder brindar un plato de comida a quienes lo necesitan.
Por este fatídico motivo, vecinos del barrio Nuevo Golf tuvieron una iniciativa solidaria que actualmente abarca a casi 200 familias: las viandas de emergencia. Las realizan los propios residentes de la zona en un centro socio-educativo llamado La Trinchera Cultural, ubicado en calle 69 y José Martí.
Allí, quienes necesitan alimentarse con urgencia se inscriben por redes sociales o manera física, y un pequeño grupo solidario lleva adelante la comida del día, tanto con alimentos que salen de sus propios bolsillos como a través de una donación.
Balance del fin de semana: el municipio atendió complicaciones por el temporal y diversas infracciones - Entre el jueves y el lunes inclusive, el Cuerpo de Patrulla Municipal (CPM), Tránsito, Prefectura,… Ver nota >
A 20 años de la Ley de Parto Respetado: ¿Por qué la mitad de los nacimientos se da por cesárea? - Entre el 13 y el 19 de mayo se celebra, a nivel mundial, la Semana… Ver nota >Mario Peralta, referente del lugar, reveló escalofriantes detalles sobre cómo se vive el día a día en simultáneo a la crisis: “Desde noviembre se empezó a llenar el comedor, se nos triplicó la gente porque los comedores dejaron de funcionar por el recorte, la suba de precios y el poco insumo que llegó desde Provincia. Los pocos comedores que aún funcionan lo hacen como nosotros, apuntamos a la gente en situación de vulnerabilidad, a la gente grande y a la gente de calle“.
“El año pasado hacíamos para 80 familias, ahora se duplicó. Se nos arrebata de personas afuera de la sede, es impresionante la cantidad de gente que se suma. Por el momento hacemos el esfuerzo enorme de no dejar a nadie afuera, sabemos lo importante que es que nadie se quede con el estómago vacío“, explicó.
Asimismo, Mario aclaró que ese lugar no es un comedor, sino que se trata de “una asociación civil que trata de aportar, después del COVID vino una malaria atrás de otra y no pudimos dejar de entregar. Ahora quedaron sólo 4 o 5 comedores funcionando, encima de que aflojó el trabajo. Es una vergüenza lo que está pasando, nos desespera y nos desborda“.
La Trinchera Cultural brinda platos de comida los martes y jueves a las 20. Sin embargo, “hay veces que no nos da el cuero para poder comprar ($40 mil cada olla) y lo hacemos una vez por semana. También hacemos deporte recreativo para la gente del barrio junto al EMDER (Ente Municipal de Deportes y Recreación), siempre con una mierienda que acompaña“.
“Cada elaboración nos demanda 5 o 6 horas. Salir a pedir comida nos complicaba muchísimo, por eso ponemos desde nuestro bolsillo“
Cualquier donación de comida será recibida, aunque Mario describió que lo que“ más cuesta conseguir es la verdura y la comida fresca“. Además, le solicitó al intendente Guillermo Montenegro que “reanude la ayuda a comedores barriales“.
