Entre el 13 y el 19 de mayo se celebra, a nivel mundial, la Semana del Parto Respetado. En Argentina, este año se cumplen 20 años de la sanción de la ley 25.929 de Parto Humanizado, que prevé una serie de derechos y obligaciones de las instituciones médicas para garantizar el respeto de las voluntades familiares a la hora de traer personas al mundo.
Una de las pautas fundamentales planteadas por esta normativa tiene que ver con la libre elección en la forma de parir: en Argentina, casi la mitad de los nacimientos se dan por cesárea, cifra que supera ampliamente el 10% recomendado por la Organización Mundial de la Salud.
Esta situación se da por muchos factores, por lo que es difícil determinar por qué las instituciones médicas optan por indicar o imponer el nacimiento por vía alta: según indican los datos oficiales reportados por el Sistema Informático Perinatal (SIP) de 2022 -cuando tuvieron su última actualización-, la tasa de cesáreas en el sector público de Argentina alcanzó el 43,4%, y, algunas instituciones privadas, reportaron tasas de hasta un 90%.
En tanto, un informe reciente de «Abro Hilo» -publicado a fines de enero del 2024- sugiere que en Argentina la tasa de cesáreas ya habría superado el 50%. «Según nuestras estimaciones, dependiendo de qué valores se imputen a la incidencia de la cesárea en el subsector privado, actualmente las cesáreas representarían una proporción de entre 54% y 60% del total de nacimientos del país», aseguraron.
Mi8 conversó con Noelia Barbas, trabajadora social que forma parte de la Consejería en Salud Sexual Integral del Hospital Materno Infantil de Mar del Plata para conocer la aplicación de la Ley de Parto Respetado en la maternidad pública de la ciudad, además de analizar la situación de los derechos fundamentales de las personas gestantes a la hora de atenderse durante el preparto, parto y puerperio.
«A pesar de que la ley está hace 20 años obviamente hay resistencias al interior del equipo de salud y ciertos debates«, comenzó relatando la profesional. Es por este motivo que desde el 2020 funciona la Mesa de Parto Respetado dentro del Hiemi, donde participan profesionales y trabajadores de la salud de distintos sectores para establecer criterios de atención que «adecúen nuestras prácticas profesionales según lo que plantea la guía de la Provincia de Buenos Aires», creada hace cuatro años para brindar lineamientos concretos para las prácticas hospitalarias en relación al conjunto de derechos establecidos por la ley.
En torno al porcentaje de partos por cesárea en General Pueyrredon, Barbas indicó que no hay cifras actualizadas dado que las últimas visibles en la web retratan el panorama del 2020: según el Ministerio de Salud durante ese año se contabilizaron 3.815 nacimientos, de los cuales 1.607 fueron por parto vaginal y 2.208 por cesárea.
Estos números dan cuenta de los porcentajes anteriormente mencionados, revelando que cerca del 60% de los partos se dio por vía alta.
«El porcentaje de cesáreas en Mar del Plata sin duda es más alto que el recomendado por la Organización Mundial de la Salud, que es de un 10%. Hay muchas más cesáreas que eso, pero a su vez el aumento de las cesáreas no se lo podemos adjudicar a una sola causa: también hay cesáreas selectivas y un montón de situaciones de salud que hacen que se llegue a tomar la decisión de llevar adelante una práctica quirúrgica», explicó la trabajadora social.
Además de estas cuestiones específicas, los testimonios de distintas personas dan cuenta de que las estadísticas también responden a situaciones ligadas a la violencia obstétrica: muchas atestiguan que fueron forzadas a la cesárea, que no contaron con la posibilidad de elegir o que la demora en sus trabajos de parto y la impaciencia de los equipos médicos culminó en esta decisión.
Lo único concreto son los números, que indican que en Argentina se supera ampliamente el número de cirugía recomendado por la OMS a nivel mundial. «Los países presentan las tasas más bajas de mortalidad perinatal presentan tasas de cesáreas inferiores al 10%. No hay justificación para que una región tenga una tasa [de cesárea] superior al 10-15%«, justifica el organismo internacional.
«Mi parto, mi decisión»
Entre otras cuestiones, la Ley de Parto Humanizado contempla que las personas gestantes tienen derecho a:
- Un parto normal, que respete sus tiempos y el libre movimiento.
- Que no la discriminen.
- Que se respete su intimidad.
- Poder elegir a la persona que acompañará durante el trabajo de parto, el parto y el posparto.
- Que su bebé esté en su cuna a su lado, durante toda la internación (a menos que necesite cuidados especiales).
- Que ella y su familia reciban toda la información necesaria, en un lenguaje claro, sobre stu estado y la evolución del parto y del bebé.
- Conocer los beneficios de amamantar y los cuidados que necesitan tanto el recién nacido como la persona en esta etapa de la vida.
- A ser considerada, respecto del proceso de nacimiento, como una persona sana, de modo que se facilite su participación como protagonista de su parto.
«El parto respetado hoy es una política pública y por suerte se ha avanzado para adecuar las prácticas de los profesionales y los espacios institucionales en Mar del Plata. El Hospital Materno Infantil cuenta, por ejemplo, con salas de trabajo de parto, parto y recuperación donde se puede atravesar todo el proceso sin separarse del bebé, y que fueron adecuándose incorporando pelotas de aerodinamia, banquitos de parto y otras cuestiones que además fomentan el libre movimiento, cosa que antes no sucedía», valoró Barbas.
Junto a la Mesa de Trabajo con la que los profesionales fueron recorriendo capacitaciones y formaciones para aggiornarse a los planteos de la ley 25.929 en la ciudad, se logró alcanzar un protocolo de actuación que busca adecuar la organización institucional a la guía de la provincia de Buenos Aires y a la Ley nacional de Parto Respetado. «Presentamos el protocolo hace poco a la dirección del Hiemi así que esperamos su aprobación. A partir de eso, la idea es que se puedan generar espacios de capacitación para que todos los profesionales y trabajadores intervinientes actúen y acompañen el proceso de embarazo, parto y puerperio bajo estas indicaciones, con criterios unificados«, aclaró la trabajadora.
