domingo 19 de mayo de 2024
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SIGUEN LOS ROBOS

Inseguridad en Jardín de Peralta Ramos: «Tenemos lejanía de todo, pero sobre todo del Estado»

Éste y otros tres barrios de la zona centro-sur de la ciudad cuentan con la particular característica de tener gran cantidad de calles sin salida. Esto lleva a los vecinos a encontrarse día a día con nuevos hechos de inseguridad y a renovar su reclamo a las autoridades.

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«Atraparon a dos ladrones en el barrio Jardín de Peralta Ramos»

«Llevan a un taxista hasta una calle sin salida, lo ahorcan con el cinturón de seguridad y lo asaltan»

«Intentaron asaltar a otro taxista en el callejón de Jardín de Peralta Ramos: tocó el botón antipánico y lo salvó la Policía»

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Los títulos son infinitos: durante las últimas semanas, el barrio Jardín de Peralta Ramos fue protagonista de las secciones policiales de los medios de comunicación. Es que debido a su diagramación especial de calles y su ubicación periférica, la zona se convirtió en un punto álgido para la inseguridad.

«Tenemos lejanía de todo, pero sobre todo del Estado«, aseguró a Mi8 Daniel Machado, el presidente de la Sociedad de Fomento del barrio. «Esa es la problemática fundamental: no nos llegan los servicios esenciales como el mejoramiento periódico de las calles y nos falta luminaria y aseo en ciertos sectores por lo que se acumula gran cantidad de basura», explicó.

Calle sin salida en Jardín de Peralta Ramos.

El barrio Jardín de Peralta Ramos, que limita con el Bosque Peralta Ramos, Stella Maris y Parque Independencia, enfrenta desde hace años la problemática de la inseguridad, pero durante las últimas semanas vio agravada la situación por un grupo de delincuentes que comenzó a tomar viajes en taxi hasta una calle sin salida de la zona para, en el lugar y con muchas vías de escape disponibles, atacar a los choferes y robarles.

«Nuestro barrio tiene esta diagramación particular en la que hay muchas calles cortadas. Tenemos dos vías principales de acceso y todas las calles laterales tienen un sistema de rotondas con pasajes peatonales. Entonces cuando entra un vehículo, lo dejan ahí -en la calle sin salida-, y los asaltan, escapando por los pasajes peatonales y yéndose hacia otros barrios», amplió el fomentista.

Estas sendas peatonales son las que también facilitan los hurtos en viviendas, donde los ladrones ingresan en segundos, toman lo que tienen a la mano y escapan por los callejones. «Lo que necesitaríamos es que estos lugares tengan las condiciones adecuadas para que no sean permeables a que los tomen los delincuentes. Un espacio público, una plaza con falta de iluminación, falta de juegos, falta de todo, es un lugar en el que posiblemente ocurran cosas que no tienen que ocurrir», detalló.

«Los pasajes peatonales, si estuvieran iluminados, si tuvieran algún tipo de saneamiento como para que no sea fácil escapar con la moto, serían utilizados para lo que fueron diagramados, para que pase la gente y tenga un mejor acceso al transporte público y demás», explicó el presidente de la Sociedad de Fomento.

Por otro lado, los barrios centro-sur de la ciudad limitan con construcciones de barrios privados que generan un fuerte contraste de realidades: mientras en las zonas periféricas los Gobiernos no invierten en mejoras estructurales y en seguridad, los barrios cerrados proponen una burbuja donde no se filtra ni un poco de toda la violencia vivida a menos de 100 metros de distancia.

Si bien dentro de estas zonas la seguridad depende de los privados, hay un detalle en particular que preocupa e indigna a los vecinos de Jardín: «la Provincia utilizó un lugar que iba a ser para un proyecto educativo para colocar un centro de la Utoi, justo en el corazón de todos estos barrios privados«, indicó Daniel.

«O sea, le incorporaron más seguridad a esos sectores que uno cree que no tienen esas necesidades mientras que de nuestro lado no tenemos absolutamente nada: ni una garita de algún dispositivo policial. Y con esto no le hecho la culpa a la policía, ni a la Comisaría 5ª, esto es una decisión de mucho más arriba, de los funcionarios locales«, consideró.

En la misma línea, las cámaras del COM dispuestas por el municipio parecen cuidar solo a quienes residen en los barrios cerrados: «Están ubicadas para cuidar los accesos de los barrios privados, mientras los barrios linderos están completamente abandonados. Tenemos una cámara justo en Jorge Newbery, donde comienzan los barrios privados, otra en Einstein y Mario Bravo, que es una de sus salidas. Dentro del barrio, nada: es muy evidente y eso es lo que indigna también», contó el vecino.

La inseguridad es un mal que golpea a todo General Pueyrredon: no hay un solo barrio donde no sea un problema la falta de cámaras de seguridad, de presencia policial y de respuestas por parte de la Secretaría de Seguridad local. Entonces, la zona donde están situados estos barrios también es víctima y rehén de la delincuencia que atraviesa a los vecinos que, ante el miedo, «tienden a ser individualistas, a querer cerrar los pasos peatonales y a considerar enemigo al vecino del barrio de al lado«.

«El delincuente no tiene barrio, no tiene patria, no tiene nada. Es una persona que vive fuera de nuestro contrato social, entonces lo que tenemos que hacer quienes estamos dentro de ese contrato, es pedir que el Estado lo haga cumplir y nos haga vivir en condiciones medianamente igualitarias», dijo Daniel Machado y resumió, en pocas palabras, un extenso pedido ante la necesidad de vivir tranquilos.

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