Se dice que cuando llega una oportunidad irrepetible, no hay que dejar pasar el tren. Si se habla de pasiones, no conlleva tanta dificultad tomar la decisión de aprovechar la chance y dar ese salto. Al contrario, la duda se vuelve nula, y la ilusión aumenta gradualmente. Mayor es su efecto cuando se habla de fútbol, el deporte más popular del mundo, el cual conlleva mucho talento, esfuerzo y constancia para llegar al profesionalismo.
A su vez, la perseverancia de cada uno se vuelve a poner en juego cuando la oportunidad no llega al momento en el que uno lo espera. Germán, un marplatense de 37 años que trabaja en el sector de la albañilería y disfruta de jugar los fines de semana al fútbol en el Club Peñarol, tuvo en sus manos una inesperada oportunidad de vivir del balompié en el exterior. Tras tomar conocimiento de la situación, Mi8 siguió de cerca el camino de este apasionado hacia su sueño.
EL TALENTO TOCÓ LA PUERTA
Balance del fin de semana: el municipio atendió complicaciones por el temporal y diversas infracciones - Entre el jueves y el lunes inclusive, el Cuerpo de Patrulla Municipal (CPM), Tránsito, Prefectura,… Ver nota >
Video: un Fiat Uno chocó contra un auto estacionado, lo destruyó y huyó - Un vecino del barrio Bernardino Rivadavia no puede creer la situación que está atravesando. Este… Ver nota >Todos los jueves, Germán y un grupo de futboleros se juntaban a jugar un papi fútbol. Uno de ellos, compañero en Peñarol, contaba con un conocido en un club de la segunda división profesional de Costa Rica, llamado Jacó, institución que estaba reclutando jugadores. “Esta persona me venía hablando hace bastante, y siempre por una cosa u otra yo le decía que no, hasta que un día dije ‘a ver, ¿cómo es?’ y me contestó que estaba la posibilidad de ir a este club de Costa Rica, en donde me iban a dar casa, comida, y dinero“, contó Germán a Mi8 sobre los primeros contactos alrededor de esta chance.
Increíblemente, Germán se localizaba en España al momento de recibir el llamado desde tierras ticas: “Me llamaron y yo estaba de vacaciones. Me comentaron las condiciones y el sueldo -500 dólares más premios-, y adelanté los pasajes de vuelta de España. Yo tenía vuelta para el 8 de septiembre, y me volví el 20 de agosto para pedir la liberación en Peñarol“, narró.
“Me dijeron que la intención era llevar al Jacó FC a Primera División, eso fue lo que me motivó a ir a jugar“
Germán juega de enganche -10- o volante central -5-. Zurdo, habilidoso y encarador. Ya en Costa Rica desde el 30 de agosto, la misión era deslumbrar, y él lo estaba haciendo: en entrenamientos y amistosos, varias asistencias y buenas impresiones del Director Técnico del Jacó FC. Había un condimento más: el cierre del mercado de pases sería el 4 de septiembre.
DEL DISFRUTE AL SUFRIMIENTO
Todo parecía ir de perlas. Sin embargo, la noche previa a las primeras pruebas fue un verdadero martirio insufrible: “El lugar que me dieron para dormir era una cama de reja y una colchoneta arriba. No pude dormir, claramente. Sin aire acondicionado, 30 y pico de grados. Se me clavaban los hierros en la espalda“, detalló a Mi8.
“Al otro día como me despierto, lo llamo al muchacho y le digo ‘mirá, está todo bien, yo te acepto una noche así, pero vos me dijiste otra cosa. Yo ya no tengo 20 años, yo ya pasé la pensión, yo jugué toda mi vida al fútbol’“.
Días después, el calvario continuaba como si nada: “El traslado no estaba, me lo tenía que pagar yo, todas las comidas no estaban, estaba solamente el almuerzo y la cena, el resto corría por mi cuenta. Eso no fue lo que me habían dicho, tengo todas las conversaciones guardadas. Le dije ‘no te estoy pidiendo un departamento 5 estrellas, sólo un lugar donde me sienta cómodo, pueda dormir tranquilo y no esté muerto de calor‘“.
En paralelo, Germán continuaba demostrando y haciendo lo que más le gusta: jugar al fútbol. “La realidad es que rendí muy bien. En los partidos y entrenamientos jugué muy bien. En uno ganamos 4 a 2, metí 3 asistencias de gol y un par de tiros libres bien pateados“, expresó.
DEL SUEÑO A LA DESILUSIÓN, SIN ESCALAS
Desde lo deportivo, la rompió, pero ese no fue el tópico principal de su experiencia. Cuestiones extrafutbolísticas eran las que ponían palos en la rueda al sueño de Germán, llevándolo a tomar la que parecía una mala decisión al momento de arribar: “Allá suele llover mucho en esta época. Un día llovió, y la habitación donde yo estaba durmiendo se inundó por completo. Mi ropa empapadísima, mi valija chorreando agua“.
Aún así, lo más insólito radicó en la charla que mantuvo con los directivos: “Le paso un video a la persona con la que yo hablé para ir a jugar allá, y lo único que me dijo fue: ‘No me digas que se me mojaron los alfajores de regalo’. Ni le importó que esté la habitación inundada, no le importó que tenga la ropa mojada. Ahí fue cuando dije chau, me vuelvo. Sabía que no iban a darme nada de lo que habían prometido, más allá de lo que yo había rendido“, aseveró Germán.
De todas formas, el club ya había tomado la decisión de ficharlo y acordar la firma de contrato: “El lunes firmábamos contrato pero les dije que me volvía“.
“No cumplieron con nada, y para mi la palabra lo es todo. Hice muy buenas amistades a pesar del breve tiempo pero me llevo esos lindos recuerdos“, agregó a Mi8.
VOLVER A CASA
Germán volvió a Mar del Plata y, actualmente, por una cuestión de tiempos del mercado de pases, se encuentra sin club, ya que pidió la liberación de Peñarol para viajar a Costa Rica. “Tengo intenciones de buscarme un club acá para seguir jugando, sigo entrenando de hecho, pero bueno, estoy sin club en este momento porque están los libros de pases cerrados. No voy a poder volver a jugar hasta que abran“, concluyó.
La historia de un marplatense que, en una aventura futbolera a Costa Rica, la rompió desde lo deportivo, pero no cumplió su sueño por cuestiones extra-deportivas. De todas formas, el disfrute por hacer lo que le gusta no tiene límites.
