La situación económica de la Argentina no es ninguna novedad, pero, mes a mes, sigue sorprendiendo a quienes se ven obligados a rever sus gastos, acomodar sus números y salir a vivir una realidad en la que no se puede ser ajeno a la crisis.
Quienes sostienen espacios de terapia con acompañamiento de psicólogos o psicólogas hace tiempo, quizás se encuentren frente a aranceles difíciles de sostener u obras sociales que no actualizan el pago a los profesionales, que se ven obligados a dejar de atender a afiliados y pasan a trabajar de forma privada. A pesar de esta situación, aseguran que la crisis aumenta la demanda de profesionales.
Los pacientes, en tanto, no solo utilizan sus espacios para volcar sus temores, ansiedades e incomodidades en torno a la economía sino que ahora, los mismos, provocan otras: cada vez son más los profesionales de la salud mental que deben renegociar los contratos terapéuticos con sus pacientes, frente a la imposibilidad de continuar un tratamiento por los costos.
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Preparan un operativo para atrapar al misterioso zorrito de Playa Chica - La aparición de un zorrito en la zona de Playa Chica llamó la atención de… Ver nota >Pablo Della Savia, secretario general del Colegio de Psicólogos de la provincia de Buenos Aires distrito X, charló sobre el tema con Mi8 y aseguró que frente a estas complicaciones “se van logrando acuerdos individuales y particulares que implican cambiar la periodicidad de las sesiones, retrasar la actualización de los aranceles, pasar del ámbito privado a recibir la prestación a través de una obra social, incluso con el esfuerzo de los pacientes de reclamar una cobertura, y además, los profesionales también se adaptan a una situación de crisis que impacta en sus ingresos”.
“La necesidad de continuar con un espacio terapéutico a veces depende de un equilibrio entre la posibilidad arancelaria del paciente y la adaptación del profesional a la situación: este equilibrio se sostiene con el compromiso y la dedicación de los psicólogos, que ponen un plus más grande de lo habitual en pos de la continuidad de la persona”, agregó.
Desde el Colegio de Psicólogos, además, confirmaron que “la crisis genera una dinámica distinta en la demanda de la prestación psicológica”. “La inestabilidad económica genera una situación de estrés, malestar, tensión, y eso incrementa el volumen de demanda que reciben los psicólogos y psicólogas”, explicó Della Savia.
Además, detalló que “los procesos en curso se ven afectados por la situación, la terapia no es una burbuja. Además, hay consultas o tratamientos iniciados en torno a esta crisis o a las consecuencias de esta crisis, donde todo empieza a costar un poco más y eso lleva a ingresar a un espacio de terapia”.
«La situación económica pone en juego el análisis»
Pablo Novoa es psicólogo clínico y trabaja tanto en el ámbito privado como en el comunitario. En su consultorio, aseguró a este medio, “la situación de crisis económica es un tema recurrente”. “La inestabilidad económica afecta la salud mental y no llegar a fin de mes es motivo de consulta”, dijo.
En tanto, y al igual que lo sugirió el Colegio de Psicólogos, los acuerdos con sus pacientes frente a las complicaciones para afrontar el costo de una sesión son particulares y se conforman en base a las condiciones de cada uno de ellos: “Acotamos la frecuencia de los encuentros, negociamos de vuelta los aranceles o damos de baja el tratamiento directamente. Por mi experiencia, la situación pone en juego el análisis”.
“Hay una renegociación caso por caso y muchas variables que se ponen en juego a la hora de evaluar el costo de los honorarios: el marco teórico de cada profesional y el posicionamiento del paciente frente al dinero -que es un objeto de análisis-, por ejemplo”, explicó.
La cuestión en torno a las vicisitudes económicas, entonces, no solo invade los consultorios al convertirse en un tema recurrente, sino que también lleva a los argentinos y argentinas a buscar acompañamiento terapéutico para poder sobrellevar, de la mejor manera posible, los cambios a los que deben enfrentarse día a día para adaptarse a la realidad.
“Es difícil asimilar o manejar el mar embravecido, en términos económicos, que estamos viviendo hoy: la realidad inunda el espacio terapéutico, afecta nuestra vida cotidiana e implica trauma, dolor y padecimiento”, aseguró la autoridad del Colegio de Psicólogos.
“Uno está en un consultorio con cuatro paredes, pero que están dentro de una sociedad. Lo que pasa ahí es lo que pasa afuera: la realidad es un analizador de lo que está sucediendo en los espacios terapéuticos”, concluyó Novoa.
