En un contexto de crisis económica, incertidumbre y aumento constante, el valor de la carne sigue a paso firme ese camino. La extrema situación actual llevó a las carnicerías a estar vacías entre semana, aguardando a que los descuentos de Cuenta DNI del fin de semana le otorguen facilidad a los bolsillos de los consumidores al momento de comprar.
Es tal la complejidad que significa adquirir un corte de carne dentro de los estándares monetarios accesibles, que la sociedad está inclinándose hacia una -no tan nueva- tendencia en tiempos difíciles: el pollo.
Al respecto, Gustavo Blois, propietario de la cadena de carnicerías El Mudo, detalló a Mi8 que “aumentó el consumo y el precio del pollo. La gente se volcó un poco más al pollo que a otros cortes, pero no los reemplazó. Varió un poco lo que se está comiendo, se consumen menos carnes en general. No hay mucha opción, nada es realmente reemplazable. Si no se come ese corte, se come algo más barato, pero no se reemplaza“.
Pensando en navidad y épocas festivas, Blois contó que el corte más accesible es “la paleta o el roast beef, con los cuales se puede hacer un guiso, pero no va para una mesa navideña. Se bajó el consumo, este año directamente el impacto fue terrible. Los cortes que se vendían normalmente eran asado, vacío, peceto, colita de cuadril“, remarcó.
Aún así, el propietario de El Mudo analizó que, a pesar de la complicada actualidad, “la gente se sigue dando el lujo del asado de los findes. La carne aumentó porque se produjo una devaluación. Aumentó el maíz, el combustible y el ternero, por ejemplo. Esa suba general de costos, impactó directamente en el consumidor que compra en la carnicería“.
“En los primeros 6 meses del año la carne aumentó entre un 30 y un 40%. La inflación está, pero el ajuste termina apareciendo tarde o temprano. La carne conviene si uno ve el resto de los insumos. Aumentó mucho, pero menos que el resto de los productos“, aseguró.