El atardecer es un momento ideal para disfrutar de uno de los clásicos de Mar del Plata: un fulbito en la playa.
Y un grupo de jóvenes protagonizó un partido muy especial en Playa Grande. Porque la improvisada canchita que montaron en la arena mojada fue rodeada por «hinchas» que comenzaron a exigir cada vez más a los futbolistas.
Jugadoresssss
la concha de su madre
a ver si ponen huevo
que no juegan con nadie
El fervor de los hinchas comenzó a trasladarse a la canchita. Pierna fuerte, empujones y algún que otro insulto.
Sin embargo, el partido en un momento se picó definitivamente: un aguerrido volante se tiró con los dos pies hacia delante para trabar a un adversario. Llegó otro jugador detrás y siguió con los empujones.
Y el picadito comenzó a desmadrarse: piñas, empujones y golpes. Afortunadamente, la situación se calmó a los pocos minutos y la pelea no pasó a mayores.