A contramano de todos los pronósticos, en una temporada bastante “gasolera”, en Mar del Plata los teatros trabajan a sala llena. Locales y turistas eligen qué ver, compran sus tickets en boletería y hacen fila; miran una, dos o hasta tres obras de la cartelera durante el tiempo que residen en la ciudad.
Lo que sucede es que en Mar del Plata este verano ocurre una particularidad: “los precios amigables” que ideó el productor Carlos Rottemberg, que desde diciembre ubicaron las entradas entre $8.000 y $12.000, pese a la inflación y el contexto de retracción de la economía.
Ahora bien: cómo es que se gestó esa idea que multiplicó el público en las salas (54% más en diciembre, 33% más en enero) y qué motivó al reconocido empresario a romper una ecuación histórica que manda que una entrada de teatro vale lo que 15 cafecitos. Según ese criterio, suponiendo que un pocillo pequeño cuesta $1500, la entrada general debería estar en $22.500. Sin embargo, esta temporada ir al teatro conlleva -como máximo- $12.000.
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En diálogo con Mi8, Rottemberg reveló la génesis de los «precios amigables», que tiene más de intuición y confianza que de estrategia comercial. “En octubre me plantee qué hacer por los 150 años de Mar del Plata. Pensé en un descuento para marplatense, pensé en un gran descuento el mismísimo 10 de febrero. Pero después pensé que debía ser algo más masivo. En ese momento, las entradas en calle Corrientes y en las giras que estábamos haciendo estaban en el rango de los 8 y 12 mil pesos y se me corrió plantearme poner ese precio durante diciembre y enero. Nunca pensé que iba a tener esta repercusión entre la gente, en las compañías de teatro y en los medios”, confiesa el productor, con 46 temporadas ininterrumpidas en Mar del Plata.
“Fue así, muy caseramente, que se me ocurrió y que bauticé la iniciativa como ´precios amigables ́. La intención es que fuera en nuestras seis salas, pero de a poco otros productores de otras salas y espectáculos se empezaron a sumar y hoy toda la plaza está teñida con lo mismo”, dice Rottemberg, que advierte que la decisión también está sociedad -”lógicamente” al contexto.
“Obvio que también tiene que ver con el momento, con la coyuntura. Ya viví otras tempestades, llevo cinco décadas en esto.Yo veo a la profesión como una peli completa, no como una temporada. Y hay momentos que uno puede ampliarse y otros que tiene que achicarse. Con el diario del lunes, creo que este achique logró que la actividad nuestra no sólo se desmarque de otras actividades, sino que dentro de la misma profesión en Mar del Plata se marcó diferencia”, valoró el productor, al refrescar que en Buenos Aires anda floja la venta de entradas y que en Córdoba, aunque menos, también cayó un poco.
Para Rottemberg, el precio amigable “dio empatía y certeza”. Yo no soy actor, por lo tanto, no me pasó nunca esto de que la gente me pare en la calle para decirme que incluso pudo volver a una costumbre que estaba perdida: la de ir a ver más de una obra por verano. Es el primer verano, después de muchos, que vemos caras repetidas en las salas”, asegura el empresario, que cree que la medida “se extenderá hasta que termine la temporada, porque ya estamos en febrero”.
“Hay que ver qué pasa, pero mi posición es que con expectativas superadas por la realidad, no hay que tocar nada hasta que termine la temporada. Cada día que pasa, por la inflación, la entrada es más económica y más gente puede venir. Realmente estoy muy agradecido, particularmente con las compañías que -a excepción de una, con la que resolvimos de otro modo- aceptaron esta propuesta y se acoplaron”, completó Rottemberg, que siente que los precios amigables son su “aporte personal para festejar los 150 años de Mar del Plata”.
