viernes 17 de mayo de 2024
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“Es terrorífica la situación en los comedores de Mar del Plata”

Clarisa “Chiqui” Núñez forma parte del Movimiento Evita; Rodrigo Blanco es secretario gral de Libres del Sur y lClaudia Cabrera, militante de la CCC. Según dijeron, aumentó “mucho” la demanda de viandas. “Pero no nos entregan alimentos frescos y lo más nutritivo que podemos hacer es un guiso con alitas de pollo”, advirtieron.

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No les llega carne, no les llega fruta, no les dan papa ni les dan queso. Lo que abunda, no por cantidad sino por repetición, es el arroz, los fideos y la poleta. La asistencia en los comedores barriales de Mar del Plata y Batán se multiplica y las cocineras populares vuelven a hacer magia -como en pandemia- para garantizar un plato de comida a chicos y a grandes, porque ya hace rato que a los comedores y merenderos dejaron de contener sólo a las infancias: hace tiempo también asisten a muchos adultos mayores y familias enteras.

Para conocer la realidad que atraviesa el sector, Mi8 se contactó con Clarisa “Chiqui” Núñez, del Movimiento Evita; con Rodrigo Blanco, de Libres del Sur y Claudia Cabrera, militante de la CCC.

Más allá de sus pertenencias políticas, las coincidencias fueron absolutas: en Mar del Plata y Batán, la situación en los comedores es “terrorífica”. Hay mucha demanda, hay poco alimento fresco y el plato que se repite comedor a comedor es el guiso sin papa y con alitas de pollo. “Es lo más nutritivo que hoy podemos garantizar”, aseguró Clarisa, que trabaja en el barrio Las Américas.

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“Tenemos los comedores repletos de nuevo. Donde entregábamos 100 viandas, ahora entregamos 300. No damos abasto. Cada vez son más las familias enteras que no tienen qué comer y recurren a los comedores del barrio o de la zona. En algunos casos, hasta hacen raid entre comedores para poder hacer dos comidas al día. La situación es muy complicada. Para remate, la gente come para llenar la panza, pero sin valor nutricional”, advirtió la referenta del Evita, que dijo que el Municipio “no entrega frescos desde la pandemia”.

“Hemos pedido muchas reuniones a Montenegro. Sin embargo, ni nos responde los pedidos. Y cuando alguien del Municipio responde, entrega batata y zanahoria que, claramente, son de descarte. Ni siquiera nos dan papas. Menos que menos, carne o lácteos. La verdad es que no se involucran con lo que está pasando”, lamentó Clarisa, que aseguró que “las que sí se involucran son las cocineras populares, que en todos los grupos se pasan recetas para estirar lo que tienen”. “El otro día estaban compartiendo una idea de pan de polenta”, graficó la mujer. 

Por su parte, Rodrigo Blanco, de Libres del Sur, aclaró que lo que pasa con el Municipio, también pasa en parte con la Provincia y Nación. “El Municipio desde la pandemia no entrega frescos. La Provincia entrega sólo secos, pero cada vez más espaciados y eso imposibilita tener stock. Y Nación, en marzo, cortó los subsidios para compra de lácteos, carnes, verduras y frutas y nunca explicaron por qué. Hay ausencia del Estado en todos sus niveles”, denunció el abogado, que forma parte de un espacio con 65 comedores y merenderos distribuidos en unos 50 barrios.

“MÁS QUE POLLOS PARECEN PALOMA”

Claudia Cabrera es militante de la CCC, forma parte de los Comité Barriales de Emergencia y sostiene el Comedor “Parque Peña” en ese barrio. En diálogo con Mi8, la vecina contó que “hay comedores de la organización que hoy entregan 250 viandas diarias” y que en la mayoría de los casos, siempre es polenta, guiso o fideos. 

“La última entrega de pollos fue terrible. Más que pollos parecían palomas. A tal punto esto era así que no pudimos servir con presas la salsa. Tuvimos que desmenuzar el pollo para que a todos les toque un poco, porque sino cuatro iban a tener y cinco no”, contó Claudia, que como Clarisa y Rodrigo dijo que “la situación es muy compleja”.

“Nosotros tenemos acuerdos con el Municipio. Pero ellos no los cumplen. Bajaron las cantidad de todo. Sobre todo de frescos. Casi no entregan, y cuando entregan es cada vez peor. Así como te conté lo del pollo, nos pasa con las verduras: no son de buena calidad, son descartes. Es imposible pensar en el valor nutricional de la comida. Gracias que llegamos a hacer algo con lo poco que tenemos”, aclaró y consideró que es “inentendible” que en una ciudad que se caracteriza por el pescado “las personas de los barrios no tengan la posibilidad de comer ni un cuadradito de filet”.

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