Por Vero Luna
Las aguas internas se mueven bajo la energía de piscis y la luna llena en virgo se vuelve un reflector indiscreto que saca a la luz nuestras emociones reprimidas generando mucha incomodidad. Convivir con nuestras dudas y apegos se vuelve insoportable, activando la inevitable limpieza de relaciones y situaciones que nos quitaban paz interna.
Al pedir aceptación de nuestras limitaciones, sinceridad con nosotros mismos y toma de decisiones urgentes, la segunda luna llena del año nos trae también claridad, cambios positivos y creatividad.
Piscis activa nuestra intuición y nos volvemos más sensibles a la energía, recibiendo todo tipo de señales que no debemos ignorar. Presta atención a tus sueños y al lenguaje de tu cuerpo que te muestra donde duele y donde fluye.
El agua limpia y virgo ordena, así que seamos pacientes y amorosos con nosotros mismos y con los demás, porque en definitiva todos caminamos bajo este cielo y cada uno está en su propio proceso. Sentirnos incomprendidos será parte del combo que nos trae esta energía. Te sugiero ir hacia adentro para escucharte sin interferencias, pedir asistencia y guía tu ser superior y reconectar con tu magia. Descansá y buscá espacios de silencio.
Sonreile a quien te cruces por el camino, recordá todos estamos sintiéndonos igual.
Es tiempo de sanar y encontrar claridad. Aceptar los cierres de ciclos y fluir con lo que hay. No te aferres a nada, eso solo te traerá dolores corporales y angustia. Hacer lugar para lo nuevo es decirle al universo que estas listo para recibir lo que soñás.
¡Piscis sabe de sueños y virgo los materializa! No tengas miedo, todo sucede para tu mayor bien. Abraza el presente con alegría y valida tu emoción. Lo que sientas esta bien.
Feliz luna llena!
Vero Luna
@vivirenyoga.escuela