A un año de la muerte de Nahuel Olmos, el joven que habría sido torturado en la Subcomisaría Casino y murió después de agonizar por dos meses, la justicia decidió archivar la causa. Alejandro Olmos realizó hoy una protesta en la puerta de Tribunales y reclamó que se reabra la investigación contra los policías que intervinieron en la detención.
Nahuel tenía 27 años. El lunes 19 de junio de 2023 fue detenido y llevado a la subcomisaría Casino por una contravención. Dos horas después ingresó al Hospital Interzonal de Agudos con un paro cardiorrespiratorio. Lo estabilizaron, pero el daño cerebral fue irreversible y el 29 de agosto, falleció.
Su padre, Alejandro Olmos, asegura que murió a consecuencia de las torturas recibidas. La versión policial es contradictoria: primero dijeron que se descompensó en el calabozo por su adicción al paco; luego cerraron filas detrás de un intento de suicidio con el buzo que llevaba puesto.
La causa quedó en manos del fiscal Alejandro Pelegrinelli, quien a menos de un año de la muerte de Nahuel decidió archivar la causa por considerar que no había pruebas de que el joven haya muerto tras ser torturado en la subcomisaría Casino.
Hoy, al cumplirse un año de la de detención de Nahuel, su padre junto a las agrupaciones Arde Rojo y Rompiente organizaron una jornada de protesta en las puertas Tribunales para reclamar por la reapertura de la investigación.
«Hace algunos días me llegó un PDF de la fiscalía de Pelegrinelli a través del cual me informaban que habían decidido archivar la causa porque no había delito en la muerte de Nahuel», contó Alejandro.
Además agregó que «el delito es evidente desde el momento que lo detienen por una contravención, lo meten en un calabozo, y dicen que se ahorca con un buzo. El día que hicieron las pericias en la subcomisaría Casino estuvo presente el jefe departamental Segovia y todos los policías que participaron de la detención de Nahuel que deberían haber sido sacado del lugar».
Olmos aseguró que, también le explicaron que si su hijo habría intentado ahorcarse con un buzo, debería tener una marca en el cuello tipo lazo y que nada de eso evidenciaba su cuerpo. «Lo único que se notaba a simple vista es que tenía la boca hinchada y rota, como si le hubiesen pegado», relató.
Olmos solicitó la reapertura de la investigación y la causa quedó en manos de la Fiscalía General. Además, solicitaron que Pelegrinelli sea apartado de la investigación.
