La familia del ex piloto Carlos Garrido, asesinado a golpes el pasado 29 de abril en su casaquinta del Boquerón, solicitó que la justicia analice los dos teléfonos celulares que fueron hallados dentro del auto de la víctima que fue prendido fuego por el asesino.
El abogado Maximiliano Orsini, quien representa al hijo de Garrido, solicitó al fiscal de la causa que se establezca si los dos celulares que fueron hallados carbonizados dentro del auto de la víctima, pueden ser peritados.
Diego Garrido, hijo del ex piloto de Turismo Carretera, aseguró que uno de los teléfonos pertenece a su padre, pero que el otro aparato no sabe de quien puede ser.
Orsini solicitó a través de una presentación ante el fiscal Alejandro Pellegrineli, que se realice una «determinación de estado de componentes» de los dos teléfonos para determinar si pueden ser peritados. Los celulares fueron hallados en el interior del Citroën C4 Cactus de la víctima. El auto apareció a unos 300 metros de la casa de Garrido completamente carbonizado.
Si bien, los teléfonos fueron alcanzados por el fuego, existe la posibilidad que se puedan peritar para ver que información contienen. La pericia quedará en manos de la Dirección Departamental de Investigaciones (DDI).
Asesinados a golpes
Garrido fue asesinado a golpes el lunes 29 de abril a la noche en su casaquinta ubicada en el kilómetro 21,5 de la Ruta 88. El cuerpo fue hallado por Osvaldo Asebedo, el casero que mantenía un enfrentamiento con la víctima. Ambos habían cruzado denuncias en la justicia por amenazas. El ex piloto sospechaba que su ex mujer lo había engañado con Acevedo y que mantenían una relación en la actualidad.
Los investigadores saben que Garrido fue atacado a traición en la puerta de la casa principal del campo. Dos golpes en el cráneo con un elemento contundente le provocaron una muerte instantánea. Sólo la habitación principal había sido revuelta, el resto de los ambientes estaban en orden.
Otro dato llamativo es que el asesino se llevó el auto del ex piloto, un Citroën C 4, y lo prendió fuego a unos 300 metros de la casa. El auto ardió en poco tiempo y con gran intensidad.
Dos días después del crimen, el fiscal imputó al casero por el asesinato, pero no lo detuvo.
Según la versión que de Asebedo, él se encontraba en su casa ubicada unos metros del casco principal y que alguien llamó a la puerta. Cuando abrió fue atacado por un desconocido y se trabó en una pelea. Después de esa imagen lo único que recuerda es que se desmayó y se despertó unos 40 minutos después y que tenía una herida de arma blanca en la mano.
Acevedo aseguró que fue hasta la casa principal y en la galería vio tendido en el piso a Garrido. Tenía los pantalones por rodillas -producto de un intento de arrastrar el cuerpo- y estaba inconsciente. Luego llamó al 911.
