La promesa de un ascenso y un traslado con presuntas intenciones de índole sexual. Ese es el trasfondo de una denuncia por acoso que tramita la Justicia después de la presentación que hizo una policía marplatense contra su propio jefe, a quien se le interpuso una orden de restricción de acercamiento.
Por el caso, hay una investigación penal abierta en la que interviene la fiscal Natalia Belén Ramos, de la Unidad Funcional de Instrucción Nº6 de la localidad de Tres Arroyos, y una demanda por daños y perjuicios que está en manos del Juzgado Civil y Comercial Nº16 de Mar del Plata.
El conflicto nace a principios del año pasado, cuando la denunciante dio el visto bueno para ser trasladada desde la Costa Atlántica al Comando de Patrullas Rural de Tres Arroyos. En el expediente al cual tuvo acceso Mi8, la mujer planteó que aceptó el traslado «con la promesa de que podría obtener un ascenso de grado».
Balance del fin de semana: el municipio atendió complicaciones por el temporal y diversas infracciones - Entre el jueves y el lunes inclusive, el Cuerpo de Patrulla Municipal (CPM), Tránsito, Prefectura,… Ver nota >
Desde la medianoche circulan los colectivos en Mar del Plata - El transporte público en la ciudad de Mar del Plata vuelve a la normalidad tras toda una jornada… Ver nota >Sin embargo, a la segunda semana de estar instalada en su nuevo destino laboral, la oficial relató que el jefe se acercó a su oficina y le reconoció que había gestionado el traslado «porque se sentía atraído». La mujer, sorprendida, lo rechazó y en consecuencia, según sostuvo, resultó víctima de distinta clase de hostigamientos.
«Como nunca demostré interés y me enfocaba exclusivamente en mi trabajo, él pasó del hostigamiento verbal y psicológico, al hostigamiento laboral, amenazándome con cambiarme de funciones y horarios. Cada vez era más frecuente que en los momentos en que me encontraba sola, se apareciera por detrás, y a escondidas del resto del personal, me abrazaba, tocaba el cuerpo e intentaba besarme a la fuerza«, afirmó, en la presentación judicial.
La mujer también mencionó distintos comentarios denigrantes que habría manifestado su superior: «Comenzó a dirigirse hacia mi persona de forma provocadora y cortante, hostigándome cada vez que me encontraba sola, esbozando frases como: ‘vos acá tenés que pagar derecho de piso’, ‘todas las que trabajan acá tienen que pagar con algo’, ‘si mi mujer se entera que estas acá me echan de casa’, ‘yo sé que te gusto’, etc».
Finalmente, la policía debió seguir con sus funciones en otra jurisdicción y optó por acercarse a la Comisaria de la Mujer y Familia de Mar del Plata para judicializar la situación. Con esa denuncia, logró obtener una licencia especial por violencia de género y automáticamente se decretó una restricción de acercamiento por seis meses contra el efectivo jerárquico.
Además de accionar penalmente, la mujer busca que la Justicia le reconozca la posibilidad de acceder a un resarcimiento económico por «daño psicológico y patrimonial» y por «daño a la persona», en concepto de «daño moral, interferencia al proyecto de vida y la dignidad».
En la demanda, la policía aseguró que el drama vivido no sólo le provocó perjuicios en el ámbito laboral sino también «severos trastornos» en la salud que se han visto manifestados a través de cuadros de angustia y depresión. De hecho, también confió que hoy está bajo tratamiento psicológico por padecer una «crisis de ansiedad», agravada por «trastornos del sueño y ataques de pánico».
