miércoles 17 de julio de 2024
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DENUNCIA

Superpoblación, escasa comida y en mal estado: las principales falencias del complejo carcelario de Batán

Un informe de la Comisión Provincial por la Memoria puso en evidencia el grave problema de alimentación que atraviesan los internos. Desdela Defensoría General aseguraron que ya se hicieron presentaciones en la justicia.

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«Pollo fermentado, guisos en mal estado, internos enfermos por intoxicación», son algunas de las denuncias que los internos del complejo penitenciario de Batán, realizaron ante la Comisión Provincial por la Memoria (CPM), el año pasado.

El informe anual de la Comisión Provincial por la Memoria dejó al descubierto, una vez más, la precariedad del sistema carcelario bonaerense. En este caso se puso foco en la comida que reciben los internos del complejo penitenciario de Batán, que incluye las unidades penales 44, 15 y 50.

«El problema de la exigua cantidad de comida también se presenta en aquellos casos en los que el reparto de la comida es a granel, es decir, que se entrega una cantidad determinada para todo el pabellón, y al repartir resulta insuficiente«, explica el informe de la CPM.

En ese sentido, se conocieron las denuncias de algunos internos que dan cuenta de la grave situación alimentaria en los penales mencionados. “Te dan un cucharón y fue, vienen con un tupercito para todos”, aseguró un interno de 25 años alojado en la Unidad Penal 44, en un aclara referencia a la escases de comida.

La Defensora General de Mar del Plata, Cecilia Boeri, en diálogo con Canal 8, explicó que en la U.P 44 hay una superpoblación que hace que más de 260 personas no tengan una cama donde dormir y lo hacen en el piso.

La defensora general de Mar del Plata, Cecilia Boeri habló con Canal 8.

«El problema de raíz es la dificultad de tener dentro de unidades carcelarias que están sobrepobladas y con hacinamiento, y no poder atender los problemas principales que son alimentación, salud e higiene. Ahora no se puede confiar o imaginar que esta situación pueda resolverse en lo inmediato«, describió Boeri.

Del informe se desprende que el problema de la comida no es sólo la escases. Las denuncias de los internos hablan de alimentos en mal estado que en más de una oportunidad han provocado descomposturas severas.

“Hace una semana estando en el pabellón me dieron náuseas y una descompostura por comer un guiso de fideos que tenía grasa y muy mal color», explicó un interno de la U.P 44.

Otro interno del mismo penal, contó el año pasado: “No como el rancho porque la comida viene cruda y hace aproximadamente una semana me descompuse por comerla”. Los casos se repiten. Todos los entrevistados por la CPM, hacen referencia a lo mismo.

Boeri narró que desde la Defensoría General se presentaron una gran cantidad de habeas corpus ante la justicia «que denuncian cuestiones estructurales de los penales, por problemas de salud, por cuestiones de alimentación, por falta de medicación, por hacinamiento y superpoblación«.

La Comisión por la Memoria destacó dos cuestiones que preocupan a la población carcelaria. En primer lugar «la falsa disyuntiva en la que se encuentran las personas detenidas: elegir entre comer y enfermarse o pasar hambre. Se repite esta idea de preferir no comer o no recibir la comida que es entregada».

En segundo lugar, en los relatos de los internos aparecen de manera recurrente manifestaciones sobre «malestares digestivos, en general asociados a la comida y también al estado del agua que consumen: diarrea, dolores constantes, hinchazón, vómitos, acidez, reflujos gástricos. También aparecen referencias a reacciones dermatológicas luego de consumir alimentos: picazón, erupciones».

Por último, desde la CPM destacaron que en la unidad penal 50 destinada a la población femenina, no hay comida especial para las mujeres embarazadas en situación de encierro.

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