La feria Alto Luro, ubicada en Avenida Luro al 6900, vive momentos de incertidumbre. Ocurre que los contratos de alquiler de 33 puestos vencen el 31 de julio y el dueño de la propiedad decidió no renovar el vínculo con el actual administrador, mientras que el inmueble se encuentra a la venta.
Por lo tanto, de no encontrarse una solución en los próximos dos meses, unas 200 personas perderían sus fuentes de trabajo. La feria cumplirá 33 años en octubre y «hay empleados que tienen 30 años dentro de ella», según manifestaron en un comunicado de prensa.
Mauricio Doval, que atiende una ferretería en el paseo de compras hace 14 años, dialogó con Mi8 y dio un panorama de la situación que viven los inquilinos. «Todo va cambiando semana a semana, vivimos con una gran incertidumbre. El dueño es Sergio Merlos y es una gran persona, pero hay antecedentes como el del paseo de compras de Constitución donde la administración no siguió con la feria«, expresó.
En el caso de Alto Luro, hay 33 locatarios sin contrato a partir del 31 de julio. «A partir del 1º de agosto no sabemos qué va a pasar. Se suman cuestiones de salud, nervios, qué hacer con los empleados. Todos los comerciantes de acá viven de sus negocios y tienen clientes cautivos», declaró.
Todos se enteraron de la finalización del contrato hace un mes a través de una carta documento. La presidente de la empresa arrendadora, Lorena Dalia, intentó «por todos los medios» prorrogar el vínculo por un año más, pero la propuesta fue denegada. «Si nos dicen que esto es a un año, se puede proyectar un poco mejor, pero a un mes es difícil», señaló Doval.
El comerciante explicó que el conflicto se trata de una «transición entre el dueño y la administración», donde los feriantes tienen como prioridad «no perder su posición», es decir, su local dentro de la feria. «Lo que pedimos es que manden un comunicado en que se aclare todo. No hay morosidad, estamos todos al día y los alquileres no son baratos. Por lo tanto, requerimos un panorama claro, firmado en un papel, sino las palabras se pierden», añadió.
En paralelo, el establecimiento se encuentra a la venta, lo que abre la puerta a que un potencial comprador no tenga en cuenta a los comercios instalados y se disponga a desarrollar otro proyecto. Si eso pasara, los fondos de comercio «se esfumarían». «¿Cómo indemnizás a un empleado de 10 o 15 años de antigüedad?», cuestionó Doval.
Los feriantes se organizaron en una comisión junto a un abogado, donde mantuvieron reuniones con Merlo para acordar una solución que satisfaga a todos. «Él nos dijo que va a haber una transición. Puede hacer cargo de la administración a otra persona o hasta él mismo. Fue muy gentil en contestarnos y lo respetamos mucho, así que se acordó que el objetivo es defender los puestos de trabajo«, expresó.
