Un grupo de padres de alumnos de la Escuela Primaria Nº 23 de El Boquerón se acercaron al Consejo Escolar de General Pueyrredon para reclamar por la falta de transporte que no permite a 51 chicos asistir a clases hace casi dos semanas.
El pedido nace por la imposibilidad que tienen hoy 51 chicos que viven en parajes rurales de ir al colegio. La directora del establecimiento, Laura Giraldo, explicó que la empresa transportista que cubre el tramo entre El Colmenar y Las Charitas no renovó contrato y dejó a 51 alumnos sin forma de ir a la primaria Nº 23, en donde realizan la jornada completa. «El transporte escolar es el inicio del acceso a derechos, en este caso a la educación, a una buena alimentación, a compartir con sus compañeros. Tienen una jornada completa, es decir que están 8 horas en una institución que no tienen ningún problema de ausentismo. Los estudiantes van todos los días a la escuela», manifestó.
Al colegio van 257 alumnos mediante 4 micros, todos de diferentes empresas, que aporta el Consejo Escolar. Según Giraldo, la empresa decidió no renovar este tramo, mientras que continúa prestando sus servicios a otros establecimientos. Incluso sigue haciendo el mismo tramo para la Escuela Secundaria Nº 74, que comparte edificio con la Primaria Nº 23. «Sin embargo, desde el Consejo nos dijeron que han puesto el vehículo en otro lugar, y como el contrato era hasta septiembre, simplemente no lo renovó», contó.
«El Consejo Escolar abrió este recorrido a oferentes, a que otras empresas quieran tomarlo, pero no lo aceptan. La solución provisoria que se encontró fue una rutina de ‘mamás cuidadoras’ de los grupos de estudiantes, que van a caminar las 30 cuadras hasta la ruta. La empresa de Batán dijo que no les cobrará el boleto a los alumnos ni a las mamás, que ofrecieron quedarse las 8 horas en El Boquerón, para luego llegarlos nuevamente a sus casas», reconoció la directora.
Soledad, madre de uno de los alumnos afectados, pidió que «alguna empresa que tenga micros tome el recorrido». «Nos genera mucha angustia porque son 8 horas de trabajo para los docentes y para los padres, que mandamos a nuestros hijos a una escuela de jornada completa porque necesitamos trabajar. Es una forma de ayudarnos, porque sabemos que están seguros nuestros hijos ahí«, expresó.
