Belinda Bruno sufre de Parkinson y tiene un implante cerebral para combatir esta enfermedad. Al arribar este mediodía a Mar del Plata en tren desde Luján, su ciudad de origen, alguien le robó un equipo de asistencia médica de alta complejidad que usa para controlar ese implante. Ahora, ya llegada a la ciudad, pide desesperadamente que quien pueda aportar información sobre el paradero del instrumento se comunique con ella, ya que su tratamiento depende de este elemento.
Belinda había dejado su valija en el maletero para tener el aparato lo más cerca posible. Al llegar este mediodía a la estación de trenes de Mar del Plata, se dio cuenta de que alguien le habían hurtado el equipo médico que usa hace dos meses, luego de ser operada en el Hospital Rivadavia.
Los elementos que le sustrajeron son un control remoto, un cargador y una antena que utiliza para subir y bajar los parámetros de los electrodos que tiene colocados en el cerebro. La mujer es monitoreada las 24 horas con ese implante.
Además, dentro del estuche que le robaron también tenía una mascarilla y una manguera de su equipo de CPAP (presión positiva continua en la vía respiratoria) que necesita para poder dormir.
La señora busca el equipo desesperadamente. «Si alguien abrió el estuche y ve que no le sirve, por favor, que lo tire o lo lleve a algún lado y que alguien que lo vea me avise. No le sirve a nadie y para mí tiene un valor incalculable. Nadie les va a pagar un peso si tienen intención de venderlo», declaró a Canal 8.
El maletín es negro y cuadrado, casi nuevo, con una correa y con la sigla PINS. Dentro tenía la manguera con la mascarilla, un control remoto, una antena (circular, de un lado blanca y del otro negra) y un cargador. Quien tenga cualquier información sobre el paradero de la maleta puede contactarse a su número de teléfono: 02323622610.
La paciente hizo una denuncia ante la policía, pero le respondieron que exija las grabaciones de las cámaras de la estación. «En la estación, en el momento que pasó, no me dieron mucha bolilla. La policía me acompañó, pero sentí que no se hacían cargo de nada. En el momento fui a buscar a los tachos de basura para ver si alguien lo había descartado por ahí. Quería dejarle mi número de teléfono a la policía o a los empleados del ferrocarril por si alguien se acercaba con el equipo, pero no me dieron lugar a nada», se lamentó.
Belinda se mostró muy compungida ya que le costó un año conseguir el implante y pasó por una operación sumamente compleja. «Estoy en Mar del Plata hasta el lunes, después vuelvo a Luján», añadió.
