El pasado 26 de marzo, el bebé de cuatro meses y medio de Sabrina, una vecina de Chapadmalal, debió ser hospitalizado en el Materno Infantil por un problema de salud.
En el lugar, ella lo acompañó durante las noches de internación pero terminó convirtiéndose en la víctima de un robo: entre la 1.30 y las 3 de la madrugada, una persona ingresó a la habitación -dispuesta para tres personas pero donde solo se encontraba ella junto a su hijo- y sustrajo, de la mesa de luz, su teléfono celular.
El aparato tiene un valor de $750.000 y Sabrina lo utilizaba para trabajar, por lo que inmediatamente después de darse cuenta comenzó a rastrearlo para intentar recuperarlo. El GPS del dispositivo indicó que se encontraba dentro del Hiemi durante la madrugada, pero luego fue imposible continuar el seguimiento.
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La Cámara de la Construcción consideró que «el sector está arruinado» por el ajuste a la obra pública - El fuerte recorte de presupuesto para la gestión de obras públicas por parte del Gobierno… Ver nota >«Al otro día hice la denuncia correspondiente, fui a la comisaría y me dijeron que después de radicada mi denuncia pedían las cámaras al Hospital«, comenzó a relatar la víctima a Mi8. «Después de eso volví a ir al Materno a hablar con el director para ver si había algún avance, porque es un lugar público que debería tener seguridad«, agregó.
Al ser recibida por las autoridades del nosocomio, le aseguraron que no habían sido solicitadas las cámaras, mientras que en la comisaría le confirmaron que el pedido se había hecho pero que no habían entregado las imágenes.
«Esas cámaras deberían existir, la del pasillo a la habitación, ¿Qué hacen sino si pasa algo? ¿Si se roban un bebe? Deberían funcionar, el personal de ahí mismo me dijo que están ubicadas pero que no las controlan, que tienen negras las pantallas», denunció Sabrina.
Además, la mujer aseguró que el pedido de las imágenes sí llegó al hospital, «el director lo firmó» y la causa subió a Fiscalía pasados los primeros ocho días, pero nunca fueron expuestas.
Sus sospechas en torno a la persona que le sustrajo el celular son varias: primero, la víctima expone que los pacientes del Hiemi se encuentran expuestos al no haber controles sobre las personas que ingresan a la habitación. Según dice, la situación de inseguridad está naturalizada y «hay un montón de casos similares» en las distintas áreas que tienen una circulación constante de gente.
Por otro lado, sus suposiciones alcanzan también al propio personal médico y de seguridad del Materno, al apuntar a Mi8 que «ese día había una enfermera diferente» que «me insistía con que era parte de las Damas de Rosa» -un grupo de mujeres que asiste de manera voluntaria a las familias internadas en hospitales de la ciudad-. Además, dice que «una guardia de seguridad me vio dormida porque vino a la 1.30 a despertarme para consultarme nuestros nombres», un control habitual en ese sector.
A pesar de la incógnita, Sabrina busca respuestas en torno al seguro con el que debería contar la institución, aunque dijo que «el celular ya no lo voy a recuperar». «Este es un caso más. Es un celular, pero ya te digo, es mi integridad. Yo estaba durmiendo con mi bebé, entraron y alguien violó mi intimidad. Es horrible porque podría haber sido mi bebé», finalizó.
