Guillermo Montenegro asumió hoy su segundo mandato como intendente municipal, en un Concejo Deliberante colmado de personas que se acercaron a festejar su reelección. La jornada inició pasadas las 8.30, cuando el HCD comenzó a recibir a la gente que presenciaría el acto, pactado para las 9.
Para esa hora, todavía era difícil ubicar a los invitados, mientras que la impaciencia de las personas «sin silla» -que ocupaban un sector detrás de una valla donde también se encontraba la prensa-, crecía.
Entre los presentes se encontraban todos los concejales y las concejalas -a excepción de Marianela Romero, de la UCR, que envió un comunicado-, y toda la planta de funcionarios que acompañará esta nueva gestión. Santiago Bonifatti, Vilma Baragiola, y, en particular, Fernando Muro, tuvieron su protagonismo. El último se mostraba muy alegre y perspicaz y se ocupó de saludar y charlar con todas las personas dentro y fuera del recinto.
El intendente reelecto llegó al lugar un minuto antes de las 9.30, hora para la cual continuaban pidiendo por altavoz que se ordenen los presentes para dar lugar a que se desarrolle el acto de la forma más ordenada posible.
Acompañado de su esposa y sus hijos pequeños, ingresó al recinto y se ubicó en la primera fila de sillas frente al estrado. Los niños, rápidamente, comenzaron a recorrer el lugar, saludando simpáticamente a los funcionarios y concejales que ocupaban sus bancas. Sentado junto a su familia y en el centro de la primera línea, Montenegro se mostraba muy feliz y emocionado por su asunción.
Ellas, las protagonistas
Mientras continuaba acomodándose el recinto y el intendente recibía los saludos y felicitaciones de los presentes, tras la valla, más específicamente a la izquierda de este sector, un grupo de tres mujeres llamaba particularmente la atención. Dos de ellas, especialmente vestidas, perfumadas y maquilladas, se abanicaban furiosamente y se quejaban del calor. Ubicadas en el límite de la valla de madera, quedaron situadas a pocos metros de las bancas de los concejales.
Desde allí, se ocupaban de hablar con cada funcionario o edil que se les acercase, para intentar ingresar al recinto y poder disfrutar de la ceremonia -que les causaba particular emoción- sentadas. Una de ellas nombraba a Fernando Muro -que ocupará el puesto de secretario de Desarrollo, Inversiones e Integración público privada- como «su hijo adoptivo», pero eso no les facilitó el ingreso, que alcanzaron comenzado el acto.
A la tercera de ellas, la conocemos: se trata de Marta Sánchez, dueña junto a su marido Juan de la panadería «Milano», ubicada por calle San Juan.
No es por este motivo que fue saludada por cada funcionario que pasó cerca, sino porque fue protagonista de la campaña de Montenegro en estas elecciones. Marta dejó la gastronomía y jugó a ser modelo gráfica por unos días, situación que, tiempo atrás contó, la honró y emocionó mucho durante todo este año.
Es desde ese momento que Marta, Juan y Guillermo Montenegro forjaron un vínculo, y ella -esta vez sola- se apersona en cada evento político que compromete al intendente.
«Que remera tranquila te pusiste, eh«, bromeó con ella Fernando Muro, otro de los indiscutibles protagonistas de la jornada.
Es que Marta vestía una remera amarilla bastante llamativa, que acompañaba su cabello naranja y la hacía resaltar entre la multitud agolpada en el sector de prensa.
La jura
Para las 9.40, Guillermo Montenegro subió al estrado y procedió a jurar -por segunda vez- por Dios, la Patria y los Santos Evangelios que desempeñará «con lealtad y patriotismo» el cargo de intendente Municipal de General Pueyrredón. Después del «sí, juro«, los aplausos se extendieron y, con gran emoción, todos los presentes se pusieron de pie.
Acto seguido, el discurso. El intendente reelecto eligió comenzar agradeciéndole a su familia, y remarcó particularmente a sus padres a través del relato de una anécdota de una de las últimas presencias que tuvieron en un acto. En segundo lugar, agradeció a los ex intendentes, especialmente a Gustavo Pulti, que llegó temprano al recinto y se ubicó entre las primeras filas para acompañar la asunción.
«Compromiso, dedicación y convicciones«: las tres líneas con las que Montenegro dijo trabajará por los próximos cuatro años, los cuales identificó como «una oportunidad» para seguir construyendo «la ciudad del sí».
Entre otros conceptos que repitió en sus palabras -entre ellos, fue reiterativo con la cuestión de la ‘austeridad‘ en su nuevo mandato-, llamó la atención uno que está directamente ligado a Cristina Kirchner: el intendente resaltó que no va a dudar para quitar de sus puestos a los «funcionarios que no funcionen». La hasta hoy vicepresidenta de la Nación utilizó este concepto en varias oportunidades para criticar a los funcionarios del propio gobierno que conformó con Alberto Fernández, y que dejarán desde las 12 de hoy cuando traspasen el mando a Javier Milei.
Con un discurso corto y conciso que no superó los 15 minutos, Montenegro dió por finalizado su segundo acto de asunción en el municipio y, luego de los saludos y festejos con su gente, se retiró del lugar con su familia.
