«Poner orden en el caos siempre trae problemas». La frase del ex jefe de la Policía Departamental José Luís Segovia, resume la declaración de cuatro horas que brindó ante el fiscal Marcos Pagella. El comisario mayor negó ser el jefe de una asociación ilícita mixta dedicada a pedir coimas para encubrir a delincuentes y el negocio de la venta ilegal de moneda extranjera. Por el contrario, aseguró que las acusaciones en su contra son una venganza por intentar desbaratar los negociados de otros.
Tras levantarse el secreto de sumario en la causa que investiga a José Luis Segovia como líder de una asociación ilícita compuesta por cuatro policías, un delincuente común y un reconocido abogado, Mi8 tuvo acceso a la declaración indagatoria que el ex jefe policial brindó el jueves pasado.
La organización criminal brindaba protección a delincuentes; pedía coimas a los arbolitos de avenida Luro; vendía dólares falsos, promovía el juego clandestino y desviaba investigaciones plantando pistas falsas y ocultando información a fiscales.
Para los investigadores, Segovia es responsable de los delitos de exacciones ilegales agravadas y encubrimiento agravado; estafa procesal; abuso de autoridad y violación a los deberes de su cargo; falsificación ideológica de instrumento público; incumplimiento a los deberes de funcionario público; intermediación financiera no autorizada; expendió y puesta en circulación de moneda apócrifa; compra venta de divisas de origen ilícito y explotación, administración u operación de juegos de azar sin autorización de la autoridad competente.
El ex jefe policial, acompañado por su abogado, Martín Bernat, negó los seis hechos que lo tienen como máximo responsable y contestó cada una de las pregustas que le hicieron.
Segovia aseguró conocer al resto de los policías bonaerenses imputados en la causa porque trabajó con ellos. Con Javier González y Gastón Moraña trabajó en la Dirección Departamental de Investigaciones (DDI), mientras que a Christian Holtkamp lo conoció en su paso por la Dirección de Drogas Ilícitas y luego volvieron a coincidir en la DDI.
Los tres policías están acusados de integrar la asociación ilícita. Con respecto a González, Segovia dijo que trabajaron juntos hasta que fue desafectado en 2016 por «un tema con un título secundario». Incluso contó que lo ayudó económicamente cuando quedó exonerado en 2018. Segovia recordó que habló con el entonces secretario de Seguridad Martín Ferlauto del Municipio para que ayudara a González a ingresar a la Policía comunal.
Según el relato del ex jefe policial, González fue aceptado en la policía comunal, pero al poco tiempo fue dado de baja. «González se enojó conmigo y yo le dije: boludo, yo ya no puedo hacer más por vos. Eso fue hace un año o dos«, explicó Segovia. Y desde ese día no hablaron más.
La relación con Moraña se mantuvo en el tiempo. Cuando fue detenido trabajaba en el área de Operaciones de la Jefatura Departamental. Segovia aseguró que no tuvo una relación tan estrecha y que lo conoció cuando cumplían funciones en el Gabinete de Secuestros Extorsivos de la DDI. Moraña luego fue trasladado a la comisaría decimotercera «para que tuviera rodaje», explicó el comisario mayor.
En 2023 cuando Segovia fue nombrado jefe Departamental, Moraña volvió a trabajar con su antiguo jefe.
según la declaración de Segovia, a Christian Holtkamp lo conoció cuando estaba en Drogas Ilícitas y después se reencontraron en la DDI. Aseguró que no confiaba en él «porque Holtkamp sólo confiaba en Holtkamp». Explicó que el ex detective era trabajador pero hacía la suya. «Era ingobernable».
En ese sentido contó que una vez fue citado para declarar en un juicio que le hicieron a su colega por un caso en el que Holtkamp disparó contra un grupo de chicos que iban en un auto porque pensó que estaban por robar. El policía les había disparado a través de la luneta trasera del auto y Segovia declaró que ese procedimiento era incorrecto.
Cuando Holtkamp fue detenido en abril acusado de secuestrar y extorsionar a un delincuente que había cometido un robo millonario en el edificio Cabo Corrientes, ya había sido echado de la fuerza. Su último destino había sido Pinamar.
Sobre el policía federal Nicolás Rivademar, quien está detenido por ser uno de los que participó de la extorsión a los arbolitos de la avenida Luro, Segovia dijo no conocerlo. La misma respuesta dio cuando le preguntaron por Jorge Toletti, quien habría participado del secuestro y extorsión junto con Holtkamp; y por el abogado penalista Lautaro Resúa.
El robo millonario a los jubilados
Entre los hechos que le endilgan a la asociación ilícita es haber brindado cobertura a una grupo de delincuentes que asaltaron a una pareja de jubilados en el edificio Cabo Corrientes y le robaron cerca de 250 mil dólares. Para el fiscal Pagella, Segovia mandó a sus cómplices para que sembraran pistas falsas y crearan un chivo expiatorio para desviar la investigación que llevaba adelante el fiscal Mariano Moyano.
Sabían que el autor del robo era un delincuentes llamado Carlos Juárez. Primero le mostraron las pruebas en su contra y le pidieron 50 mil dólares para desviar la investigación y garantizarle la impunidad, pero Juárez no aceptó el chantaje, entonces Holtkamp, Toletti, y otro policía llamado Sergio Collova, secuestraron a Juárez y lo hicieron entrar en razones. Mientras tanto, también extorsionaban al chivo expiatorio, un tal Mauricio Di Norcia. A cambio de dinero, le avisaron que estaban por ir a allanar su casa y el hombre logró evadir a la justicia.
Segovia dijo desconocer el caso del robo en el edificio Cabo Corrientes y aseguró «no tener ni idea» de quienes son Juárez y Di Norcia.
Deshojar a los arbolitos
Al contrario de lo que figura en el expediente, Segovia explicó que no montó un mecanismo para cobrar un canon ilegal a los arbolitos que compran y venden moneda extranjera sobre la avenida Luro. Apenas asumió en la Departamental organizó un operativo para barrer «con toda esa mugre». Aseguró que habló con ele jefe de la comisaría primera en ese entonces y le dijo que abriera causas en la zona y trabajara junto con la Justicia Federal.
“No sé por qué nadie hizo nada antes”, se preguntó Segovia. El comisario mayor está convencido que sus operativos contra los arbolitos y poner orden en predio de secuestro de automotores le generaron enemistades que pueden querer cobrarle lo hecho. “Ese lugar era un desastre, un desarmadero a cielo abierto. Puse en valor el predio, sacamos ratas, se terminaron los incendios, los robos de autopartes y ahí también se ve gente afectada: policías, gente que perdió el negocio”, explicó.
«Lo que hice fue patear el hormiguero y por eso alguien quedó dolido», concluyó Segovia luego de cuatro horas de declaración indagatoria.
Segovia continúa detenido al igual que el resto de los imputados. El único que permanece el libertad, tras lograr la eximición de prisión es el abogado Lautaro Resúa. No obstante, los defensores ya interpusieron un pedido de excarcelación que deberá ser resuelto por el juez de Garantías Daniel De Marco.
