La familia de Gabriel Aramayo, el joven que fue asesinado a golpes para robarle la moto, apelará el fallo del Tribunal Oral en lo Criminal Nº4, que el viernes pasado absolvió a dos de los tres acusados del crimen.
Daniela Gutiérrez, abogada de la familia Aramayo, presentó ayer la reserva del recurso de apelación ante el tribunal de Casación. «La familia siente que se trata de un fallo injusto que dejó libre a dos de los tres acusados», explicó la abogada.
Gutiérrez destacó la argumentación de los jueces Alfredo Deleonardis , Gustavo Fissore y Juan Galarreta, que en el fallo de primera instancia hicieron hincapié en las declaraciones contradictorias de la mayoría de los testigos presenciales del hecho.
El Tribunal Oral en lo Criminal Nº4 advirtió que tanto la fiscalía como el particular damnificado tuvieron grandes dificultades para presentar las pruebas del hecho porque algunos testigos cambiaron su testimonio a la hora de declarar frente a los jueces. Durante la etapa de investigación aportaron pruebas contundentes y en el juicio se desdijeron.
La familia Aramayo asegura que esos testigos fueron amenazados por los imputados y por su entorno. «Sin duda que el fallo en primera instancia se produjo por la falta de compromiso de algunos de los testigos presenciales y de la falta de sostenimiento de la declaración que hicieron en la etapa de instrucción», aclaró Gutiérrez.
El ejemplo más claro se refleja en el testimonio de varios testigos que aseguraron -durante la etapa de instrucción- que la noche del crimen varios vecinos salieron a correr a los ladrones que habían golpeado a Gabriel Aramayo y que Claudio «Pirulo» Altamiranda, disparó con un arma de fuego para garantizar la fuga de sus cómplices.
Frente al tribunal, esos mismos testigos dijeron que no se trataban de disparos sino del ruido del caño de escape de algunas motos que circulaban cerca de la escena del lugar.
Sólo tres testigos presenciales validaron su testimonio ante el tribunal, a pesar del temor de sufrir algún tipo de represalia. Uno solicitó declarar bajo identidad reservada y en el caso de los otros dos, se tuvo que pedir que los acusados y sus defensas abandonaran la sala de audiencias.
El crimen de Gabriel Aramayo ocurrido en mayo del 2020. La Justicia condenó a Franco Altamiranda a 15 años de prisión. En tanto, su primo Claudio Altamiranda (22) y Sergio Urbistondo (34) fueron absueltos luego de que los jueces no pudieran comprobar su participación en el crimen.
El fallo del Tribunal Oral en lo Criminal Nº5, a cargo de los jueces Alfredo Deleonardis , Gustavo Fissore y Juan Galarreta, confirmó que Franco Altamiranda, de 25 años, es responsable del delito de homicidio en ocasión de robo. A su vez, como tenía una pena anterior se le sumó la pena por lo que deberá cumplir 16 años de cárcel.
Gabriel Aramayo, de 29 años, murió el 14 de mayo de 2020 tras permanecer internado cinco días en el Hospital Interzonal de Agudos. La muerte se produjo como consecuencia de un traumatismo de cráneo que sufrió cuando un grupo de personas lo interceptó, en la esquina de Polonia y Ortiz de Zárate, para robarle la moto.
«Cuando se supo que Gabriel había muerto, la mayoría de los testigos que ya habían declarado, fueron amenazados para que cambiaran su declaración», explicó una fuente vinculada a la investigación.
