Los asaltos a kioscos de distintas zonas de Mar del Plata ya son moneda corriente: mecheros, robos piraña, con armas blancas o a mano armada. En este caso, Felipe, el encargado de una reconocida cadena de drugstores que cuenta con 80 locales en la ciudad dialogó con Canal 8 y demostró su «frustración» por los constantes robos que sufren todas sus sucursales. «En algunas zonas tenemos un promedio de 10 robos por mes«, aseguró.
El denunciante admitió que la situación que vive la empresa es «muy compleja», más que nada por los empleados, quienes «son los que tienen que vivir ese momento feo».
El comerciante explicó que anteriormente la mayoría de las sustracciones eran «manoteos de mercadería», al estilo de los «mecheros». Lamentablemente, en la actualidad estos asaltos tienen «una escalada de violencia brutal y son constantes en todas los puntos de la ciudad».
«Los empleados y sus familias quedan bastante consternados ante esta situación. Nosotros les brindamos todo el apoyo necesario de parte de la empresa. Pero es una lástima que un emprendimiento en pleno crecimiento, local y que genera tantos puestos de trabajo para los chicos jóvenes, tenga que vivir estas situaciones y no se vea una mayor presencia policial«, reclamó.
La postura de los dueños de la empresa es, en primer lugar, preservar la salud y el bienestar de sus trabajadores. «La directiva es muy clara: que entreguen todo, no importa, las cosas materiales se recuperan. Lo que pasa es que cada uno de los empleados queda consternado. Muchas veces hay que cambiarlos de local y hacer un acompañamiento, porque realmente es una situación muy fea, donde los amenazan con armas de fuego y cuchillos. Realmente ya no sabemos cómo parar esto», expresó Felipe.
En relación a estos robos violentos, el comerciante aseguró que los casos aumentan durante la temporada baja, ya que en las vacaciones hay más policías y un caudal de gente mayor. «En temporada baja, estamos en un promedio de 10 robos por mes, prácticamente. En mayo, por la zona de Constitución y Tejedor, hemos tenido robos constantemente, por la zona de Luro al fondo y en el Centro también. En la zona de Colón, donde la cadena se ha logrado extender, es constante, a todo horario«, señaló.
Es por esta razón que es habitual ver a un empleado de seguridad, cuando cae la noche o se acerca el cierre, sentado en un taburete al lado de la puerta de cada local. O, en su defecto, que los kiosqueros atiendan detrás de una reja a partir de cierto horario.
Felipe agregó que siempre hacen las denuncias policiales, donde aportan información y grabaciones de cámaras de seguridad. En ciertas ocasiones las fiscalías y los efectivos logran atrapar a los ladrones, o incluso los identifican los mismos empleados, pero muchas veces los delitos quedan impunes.
Muchas veces son los mismos delincuentes quienes llevan una misma ola de robos en distintos comercios. «Uno de esos lo lograron agarrar. Nosotros mismos ayudamos a que la policía lo atrape, pasando las ubicaciones del delincuente. Pero en otros casos no, a veces no son los mismos», añadió.
«Frustración» es la palabra con la que Felipe describió esta realidad que les toca vivir. La bronca también radica en que muchos chicos no quieren trabajar por esta situación de inseguridad. «Es una situación de recesión económica compleja la que vivimos. Pero, así y todo, la empresa logra crecer, y se generan muchos puestos de trabajo. La verdad que genera frustración», concluyó.
