Dos médicas -madre e hija-, del Hospital Emilio Fossatti de Balcarce fueron imputadas por el la fiscalía de Delitos Culposos por homicidio por mala praxis de una mujer que murió a causa una infección generalizada luego de que le practicaran una cesárea en noviembre del año pasado. Según los investigadores, las profesionales habrían incurrido en una serie de irregularidades que tuvieron el fatal desenlace.
Claribel Medina Davico (22) llegó el 22 de noviembre a la mañana al hospital subzonal de Balcarce con un embarazo avanzado y dolores compatibles con contracciones. Tras ser revisada, la médica que la había atendido durante todo el embarazo, indicó que se le aplique una dosis de penicilina a causa de una enfermedad de base y la preparen para una cesárea porque estaba con trabajo de parto y el bebé estaba en posición podálica (sentado dentro del útero).
La primera irregularidad que marcaron los investigadores es que todos los testigos indicaron que la cesárea no era necesaria porque el bebé estaba posicionado para un parto natural sin riesgos.
Esa misma tarde, entre la una y media y las tres de la tarde, las imputadas realizaron tres cesáreas. De las declaraciones testimoniales, surge que ambas médicas estaban apuradas porque a las cuatro de la tarde tenían que estar en Mar del Plata para concurrir a un Congreso Internacional de obstetricia y Ginecología que se realizaba en el Hotel Provincial.
Todo el equipo médico -enfermeros, médicos y anestesistas-, coincidieron en declarar que ninguna de las dos médicas ordenó que le suministraran a Medina Davico la profilaxis antibiótica que se debe aplicar media hora antes de la intervención quirúrgica.
Un enfermero que asistió a la víctima antes de la operación le solicitó a la médica que dejara asentado en la historia clínica que no le había indicado otra medicación además de la penicilina, pero cuando se inició la investigación por la presunta mala praxis esa aclaración había sido quitada de la historia clínica. E incluso, el instrumento público habría sido adulterado: tras conocerse la muerte de Medina Davico, alguien agregó que se le habían aplicado los antibióticos para garantizar la profilaxis.
Pero el intento por adulterar la historia clínica se contradice con el testimonio de otra médica del hospital que asegura que una de las imputadas le dijo que no había indicado los antibióticos porque ya le había suministrado penicilina. En el expediente los distintos profesionales dejan claro que los dos medicamentos tienen funciones distintas y que los antibióticos de profilaxis deben suministrarse si o sí.
A la falta de cuidados, se le suman otros actos por parte de las imputadas. En la causa consta que tras finalizar la primera cesárea, una de las doctoras se mostró molesta porque no llegaba la segunda paciente y fue a buscarla al área de internación. La médica violó los protocolos y normas de bioseguridad quirúrgicos, al salir del área de quirófanos, recorrer pasillos y ascensores con el ambo de color rojo de uso exclusivo para quirófano y luego volver a ingresar.
Además, los testigos aseguran que la doctora se llevó las tres historias clínicas de las pacientes que debían ser intervenidas y les quitó la posibilidad a las enfermeras de poder revisar el estado de la pacientes. Medina Davico fue intervenida entre las 15 y las 15.30. A las 15.34 las dos médicas ya habían abandonado el hospital.
La mujer tuvo una bebé sana y a las 48 horas fue dada de alta. El domingo 26 de noviembre volvió al hospital con un fuerte dolor abdominal. Fue atendida por una de las imputadas, quien ordenó que le realicen un enema y le suministraran un analgésico que se utiliza para dolores posquirúrgicos.
Dos días después y por distintos síntomas, una médica infectóloga pudo comprobar que se trataba de una infección de sitio quirúrgico (ISQ). para los investigadores, una vez más, la médica imputada falló en el diagnóstico y en el tratamiento. Medina Davico entró a quirófano para hacerle una limpieza de la herida y un drenaje porque la tomografía había mostrado un líquido en la zona abdominal compatible con una infección grave.
Claribel Medina Davico murió el 1 de diciembre. La causa de la muerte habría sido una infección de sitio quirúrgico grave asociada a fascitis necrotizante y un tratamiento tardío.
Para el abogado Maximiliano Orsini, quien representa a la pareja y a la madre de la víctima, hay irregularidades que concluyen en una mala praxis y en un intento de encubrir esos errores. «Primero hay una cesárea innecesaria; dos doctoras que se saltean un protocolo porque están apuradas por irse del hospital entonces realizan tres operaciones en una hora y media, un récord absoluto. Además una historia clínica adulterada para que quede registrado algo que en realidad no se hizo y que podría haber evitado la muerte», explicó el abogado a Mi8.
En ese sentido, Orsini solicitó al fiscal de la causa que se haga una pericia caligráfica sobre la historia clínica para poder determinar quien agregó información falsa. Además se suspendió la pericia médica y se pedirá una ampliación de las declaraciones testimoniales.
