El novelista Luis Mey, autor de «Curabichera» (La Crujía, 2024), dialogó de su última obra en el programa de streaming «El Librero» y reconoció que no le gusta pensar en géneros literarios.
«El terror es la hipérbole de la novela y no me gusta pensar en géneros. En el libro hay terror pero también hechos románticos; pesos y contrapesos; y gracias a una serie de permisos que se otorgan, el protagonista va por la cruzada de su vida«, advirtió el autor, con pasado de librero.
«El Tano», personaje principal de la historia, creció en dos lados. «Con sus padres, bajo la curva de la General Paz cuando se transforma en la Panamericana, donde la polución invisibiliza a quienes viven ahí, y en Villa Rosa, en el campo, cuando todavía no era nada, puro yuyo, serpientes y pantanos secretos, donde lo crio su abuela», contó.
«Hay un ruido constante que imagino que al vecino le desaparece, hay mucho accidente en esa curva, yo tomé muchos años el colectivo 60 y pensaba en esos tipos que viven al costado. Eso le abre las puertas a cualquier hecho fantástico. Y por otro lado está la polución, que no le permite a nadie pensar bien», evaluó Mey.
Tras la muerte de sus padres y de su abuela, «El Tano» vuelve al barrio, al Triángulo de las Bermudas de esa curva. Allí, ciertos amigos de la infancia lo involucran en esa asociación ilícita que desarrollan en una cofradía perfecta. Él los quiere, aunque hará todo lo posible para que no se le acerquen. Ellos no entenderán que el Tano, si se aleja, lo hace por el bien de ellos, por algo que lo persigue y lo arruina todo.
