A partir de las 9, en las oficinas de la delegación del Ministerio de Trabajo de la provincia, municipales y funcionarios del Ejecutivo local volverán a sentarse a la misma mesa para intentar destrabar un conflicto salarial que lleva meses y que hasta el momento no ha encontrado cauce.
Desde el Sindicato de Municipales exigen paritarias y una inmediata recomposición salarial, bajo el argumento de que el sueldo les quedó más de 52 puntos debajo de la inflación. Por su parte, el intendente Guillermo Montenegro insiste en la necesidad de ser austeros y cuidar las cuentas municipales. Ninguna de las partes, hasta ahora, ha cedido en su posición.
Sin embargo, luego de la concentración del viernes último, el STM -que conduce Antonio Gilardi– tuvo que pedir una audiencia en el Ministerio, ya que las bases no quisieron marchar al paseo Aldrey, como estaba previsto, sino que pidieron movilizar hacia la sede del Ministerio, para solicitar una nueva audiencia: esa que hoy tendrá en un rato.
Mauro Martinelli, secretario de Legal, Técnica y Hacienda, será el representante del Ejecutivo en la reunión. ¿Con qué intención irá?. Según pudo saber Mi8, con la de escuchar, “que es parte del diálogo que ni el municipio ni el intendente cortaron nunca”. Siempre estamos dispuestos a trabajar con diálogo, en busca de un acuerdo entre las dos partes”, aseguraron desde el Ejecutivo.
A contramano, el STM llega con otras expectativas al encuentro. “Esperamos que el ejecutivo no sólo vaya a hacer acto de presencia, sino que ponga sobre la mesa algún tipo de propuesta que sume a destrabar este conflicto, que ya es insostenible”, deslizaron desde la conducción del gremio, que concentrará en las puertas del Ministerio junto a los delegados y delegadas de las distintas dependencias municipales.
El conflicto salarial entre los trabajadores del Municipio y el ejecutivo local lleva meses y acumula varias escenas: cruces por el convenio colectivo de trabajo, que Montenegro defenestró en conferencia de prensa; audiencias en el Ministerio de Trabajo, que en su momento no llegaron a ninguna parte; el descuento de los días de paros y sanciones por retenciones de tareas; los ruidazos y velorios del salario y hasta la amenaza del intendente de declarar la esencialidad de la actividad de los municipales.
